Los baches de Torreón, un barril sin fondo
Por: Francisco Rodríguez
Fotos: Francisco Rodríguez
Edición: Nazul Aramayo
Diseño: Edgar de la Garza
Millones y millones de pesos se destinan cada año a bachear las vialidades de Torreón, un problema que se ha convertido en un barril sin fondo. No tiene fin.
El pavimento es el servicio peor calificado cada que surge algún instrumento de medición, como el último del Observatorio de La Laguna, en el que la gente calificó el servicio con un 4 sobre 10. Y tienen razón. Por toda la ciudad se miran baches que parecen cráteres, pavimento cacarizo. No hay calle de Torreón que se escape al brote de un horrible hoyanco.
De 2014 a 2016, el Sistema Integral de Mantenimiento Vial (SIMV), antes conocida como Junta de Mejoras Materiales, bacheó 232 mil 882.75 metros cuadrados, según una respuesta a una solicitud de información. Si se amplía el periodo, de 2010 a 2016 se bachearon 818 mil 244.75 metros cuadrados, un promedio diario, contando sábados, domingos y días inhábiles, de 373.6 metros cuadrados. Prácticamente como si cada día se parchara lo equivalente al tamaño de una cancha y media de básquetbol. Esto tan sólo del registro del SIMV, sin contar los trabajos con empresas particulares, las inversiones del Gobierno del Estado, los bacheos del Simas y del programa Cero Baches, que al inicio de la administración municipal trabajó aparte del SIMV.
Juan Antonio Navarro del Río, director del Sistema Integral de Mantenimiento Vial, menciona que se tenía un presupuesto de 70 millones de pesos para pavimentación, bacheo y gasto corriente, pero se bajó a 50 y después a 40 millones de pesos. Este año esperan pavimentar y bachear un millón 250 mil metros cuadrados.
–¿Es un barril sin fondo el tema del bacheo? –se le pregunta al director del SIMV.
–Eso siempre va a ser todo el año. Llueve, y las últimas lluvias han sido bastante fuertes, se quedan muchas calles anegadas y forman nuevos baches, hace que sigas trabajando todo el año.
Para el Sistema, un metro cuadrado bacheado cuesta entre 120 y 150 pesos. Es decir, de 2010 a 2016 se habrían destinado más de 122 millones de pesos en bacheos.
“Va a depender cómo está el bache, un bache puede ser simplemente con la liga y ponerle poco material. Pero hacer un buen bache es hacer el cuadro, sacar lo que está adentro, meterle agregados nuevos, darle su compactada y después su nivel, la emulsión y darle otra vez una compactada”, explica.
Octavio Cárdenas Díaz, catedrático de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Coahuila, no duda en afirmar que el problema se ha convertido en un barril sin fondo. Explica que el deterioro de las vialidades es producto de la mala calidad, falta de presupuesto y poca técnica para el bacheo.
Cárdenas Díaz, quien es maestro en Vías Terrestres y tiene estudios de doctorado de Ingeniería del Terreno, menciona que para bachear correctamente es necesario cubicar, cortar completamente la carpeta, analizar que las bases inferiores de terracería no estén dañadas, en caso de que lo estén, reponer todo el material, compactar adecuadamente; después colocar la nueva carpeta y compactar para dejar a nivel del terreno.
“Normalmente se limpia el bache y se vacía el material asfáltico que ya no está a una temperatura adecuada para un buen fraguado y se trata de compactar sin maquinaria, simplemente con pisones, y se deja que el tráfico termine por compactar. Esa colocación de material en frío impide que pegue adecuadamente el material nuevo con el existente y por eso el desprendimiento es rápido. Ni siquiera se seca bien el bache cuando ya le ponen el material”, explica el especialista.
Para Cárdenas Díaz se requiere una técnica especializada y asegura que hay inclusive normas de bacheo en el mundo. “Quizás es por falta de presupuesto, la realidad es que no se hacen como debiera”, insiste.
EL CUENTO DE NUNCA ACABAR
El sector de mayor problema es el sur oriente de la ciudad, principalmente colonias como Residencial del Norte y Rincón La Merced donde el pavimento luce cuarteado, con hoyos por todos lados. Conducir en el sector se vuelve una competencia para sortear los baches.
Juan Antonio Navarro del Río explica que es un lugar donde hay mucha humedad porque ahí pasa un río subterráneo y eso perjudica.
“Es mucho trabajo, no se requiere de un simple bacheo, ya es levantar de abajo y recarpetear y eso lleva mucho dinero y tiempo”, amplía.
En promedio, un mismo bache o un mismo sector llega a bachearse hasta tres veces por año, tres veces 150 pesos, y hay miles de baches que brotan como hongos. En el segundo semestre de 2016, por ejemplo, hubo 407 reportes de petición de al menos un bacheo, es decir, un promedio de más de dos al día, eso contando que el Gobierno trabajara los siete días a la semana.
Y cuando llueve, el agua convierte la ciudad en un campo minado y los reportes se multiplican.
El especialista Octavio Cárdenas explica que la lluvia es el principal agente que ataca el pavimento. Aclara que el problema no es que llueva, sino el tiempo que dura el agua sobre las carpetas de asfalto. Si el agua pudiera drenarse rápidamente, el daño sería mínimo, por no decir que inexistente, asegura.
“El problema es que el agua queda mucho tiempo ahí y se infiltra en la carpeta, y el agua que queda en los vacíos en la carpeta, al momento de pasar los vehículos, se genera una sobre presión y es la que genera el desprendimiento”, explica.
Agrega que si el material es bueno y la construcción también, el agua estancada tarde o temprano afecta, pero si se tiene el problema y además una mala construcción, el daño es en menor tiempo.
Además, Navarro del Río reconoce que el 50 por ciento de la ciudad necesita una aplicación de micro carpeta asfáltica completa. Pero aun así, pareciera que los mismos trabajos de pavimentación y micro carpeta son defectuosos. De 2010 a 2016 se aplicó micro carpeta a 507 mil 840.31 metros cuadrados. Pero para el especialista Octavio Cárdenas, no hay un sólo sector en buenas condiciones.
–¿Hay pavimentos bien hechos en Torreón? ¿Usted ha encontrado? –le pregunto al especialista.
–Buenos, la verdad no, no, he visto pavimentos en buenas condiciones iniciales, pero después el deterioro es el normal. Si transitas por la mayor parte de Torreón, siempre vas a encontrar tramos dañados, algunos con mayor afectación, pero el daño es general.
–¿Cuál debería ser la vida útil de un pavimento nuevo?
–Los proyectos de diseño estamos trabajando con pavimentos flexibles de 15 a 20 años de vida útil, no quiere decir que no le hagas nada en ese periodo. Si no haces una buena planeación de conservación, el daño se generaliza y necesita una reconstrucción total cuando podrías alargar la vida útil con reparaciones rutinarias o periódicas. Se deja hasta que se ve el daño.
Para muestra, los nuevos desarrollos habitaciones que, se supone, pavimentan y crean calles por primera vez. Hasta en esas nuevas zonas se encuentra el pavimento como si estuviera hecho de barro, pues surgen problemas que a la postre tiene que resolver el Gobierno.
“Definitivamente hay una mala pavimentación que no lleva una buena cimentación”, dice Juan Antonio Navarro. No obstante, se supone que esos fraccionamientos y desarrollos nuevos van y solicitan a Obras Públicas o Urbanismo el permiso, y es el Sistema el que tiene que dar una certificación avalada por estudios de laboratorio, donde se reúnen los requisitos para hacer bien el trabajo.
Sobre los problemas que brotan, inclusive en los nuevos desarrollos, Octavio Cárdenas sostiene que es el Municipio quien debiera exigir a las constructoras vialidades adecuadas, pero a veces, dice Cárdenas, es donde menos dinero gastan las constructoras.
“La calidad de los materiales no se ve que sea de una calidad específica o el diseño de espesor quizá no sea el adecuado. Cuando es un lugar donde transitan camiones, el espesor debería ser del orden de los 30 centímetros de carpeta, 15 de base y 15 de sub base, o 30, 30 y 15. Para fraccionamientos con 15 de carpeta, 20 de base y 20 de sub base es suficiente. Pero ni así”, lamenta.
Octavio Cárdenas señala que cuando se proyecte un recarpeteo se debe hacer una revisión exhaustiva de lo que hay por debajo.
MUNICIPIO, OBLIGADO A PAGAR DAÑOS
Eliseo Cabrales Saldaña, presidente del Tribunal de Justicia Municipal, menciona que en el año habrán llegado no más de 20 denuncias de ciudadanos que exigían la reposición de daños a sus automóviles ocasionados por los baches.
Son pocas, dice, porque la gente no sabe que puede denunciar al Municipio por algún daño ocasionado por un mal servicio público, como los baches. Algunos, quizá, prefieran irse por la vía civil.
Alfonso Zertuche es un ciudadano que decidió exigir el pago de daños porque no se le hizo justo tener que pagar por dos neumáticos que se le hicieron papilla. Alfonso cuenta que iba conduciendo por la prolongación Cuauhtémoc cuando su coche cayó en un enorme bache.
“Estaba encharcado y no se veía que estuviera tan profundo y caí. Dos llantas se rompieron, inservibles”, recuerda Alfonso.
Al ciudadano le dio mucho coraje. Era de noche y sólo tenía la llanta de refacción. Tuvo que pedir una llanta prestada para salir avante esa noche. Al día siguiente hizo el gasto por dos neumáticos nuevos, casi 2 mil 500 pesos desembolsó. “Es un dinero que no tenía que gastar porque no es mi culpa”, dice.
Fue al Municipio y puso la queja. “Ya lo iba a dejar, pero pensaba que no se valía. Tuve que ir a tomar fotografías. Me tardé como un mes, pero sí me pagaron. Algo me dijeron que se lo iban a cobrar a una constructora, ya no supe”, relata Alfonso.
El procedimiento para exigir el pago de daños es engorroso. Cabrales explica que el propietario del vehículo tiene que presentar un principio de prueba y algún informe pericial donde se compruebe que el daño es producto de la caída en un bache. El informe corre a cargo del afectado. Después se inspecciona el lugar y se recibe un presupuesto de daños.
Entonces el Tribunal resuelve si los daños fueron por la omisión de alguna dependencia que era la encargada de esa vialidad o bache, como el Sistema Integral de Mantenimiento Vial, Obras Públicas o Simas.
Las denuncias que han llegado tienen que ver en su mayoría con daños a los neumáticos. Pero hay otros más graves. Eliseo Cabrales cuenta el caso de una persona que iba por el Nudo Mixteco cuando su vehículo cayó en un hoyanco y el agua encharcada entró al motor y se dañó completamente. Esa denuncia es reciente y se está evaluando el pago.
Octavio Cárdenas Díaz, ingeniero civil con maestría en Vías Terrestres, explica que los baches provocan frecuentemente rotura o estallamiento de neumáticos, el daño en la suspensión o inclusive roturas de los ejes. “Es muy común cuando se trata de baches con profundidades o inclusive en alcantarillas que están por debajo de las carpetas. También tiene que ver la velocidad del vehículo”.
CONSENTIDAS DEL BACHEO
En la actual administración municipal, el Ayuntamiento contrató a tres empresas o personas para trabajos de bacheo que en total parcharon 53 mil 601.73 metros cuadrados a un costo total de 14 millones 614 mil 872.10 pesos. Es decir, un promedio por metro cuadrado de 272.6 pesos, más de lo que le cuesta al Sistema Integral de Mantenimiento Vial.
Sin embargo, a esas empresas “consentidas” las arropa una estela dudosa. Una de ellas es Anman Constructora y Asociados S.A. de C.V., empresa creada apenas en 2013 y a la cual se le otorgó un contrato para bachear 12 mil 962.23 metros cuadrados en 4 millones 59 mil 985.36 pesos. La empresa ha sido denunciada públicamente porque una de sus accionistas, Hilda Sánchez Hernández, fue coordinadora de Programación de Auditorías de la Secretaría de Finanzas en Torreón.
A Anman, denunció el diario Reforma, se le han otorgado contratos para pavimentación, drenaje y agua por más de 13.4 millones de pesos.
Otra empresa consentida es Promotora Bersa S. de R.L. de C.V., a quien se le dio un contrato de 3 millones 156 mil pesos por bachear 9 mil 946.50 metros cuadrados. La empresa es de una persona que ha hecho “carrera” como consejero ciudadano, principalmente en consejos relacionados con seguridad: Juan Adolfo Von Bertrab Saracho.
Von Bertrab Saracho fue elegido recientemente por un periodo de cuatro años como consejero ciudadano del Sistema Estatal Anticorrupción. Durante la gestión de Miguel Riquelme como alcalde de Torreón, el Gobierno le cedió obras por pavimentación asfáltica, programa emergente de bacheo y reparación de calles, así como una construcción de una calle.
Otra consentida es Construcciones JM Laguna S.A. de C.V., empresa que ha recibido dos contratos por bacheo de 19 mil 893 metros cuadrados a un monto de 6 millones 234 mil 471.75 pesos.
El asunto es que la empresa está a nombre de Xóchitl Fernanda Pérez Dávila y Ricardo Mendoza Cerda. La primera, según el Registro Público de Comercio (RPC), se dice auxiliar contable de profesión, mientras que Mendoza Cerda fue esposo de Paulette Seceñas Vázquez, actual directora de Auditoria de Obras Públicas y Programas Sociales del Municipio de Torreón. En todos los contratos que el Municipio ha celebrado con esta empresa, además de los de bacheo, el contratista siempre designa a Juan Alejandro Seceñas Vázquez –hermano de la funcionaria municipal– como encargado de obra. Además, la dirección que acompaña a la empresa en el padrón de proveedores corresponde a un domicilio que le pertenece a la familia Seceñas y que es usado para un negocio de refacciones.
En los tres casos, no existen evidencias de trabajo realizado. Los contratos nunca especifican la zona o sector o colonias donde se acuerda realizar las labores de bacheo.
Empresas arropadas por dudas
En la actual administración municipal, el Ayuntamiento contrató a tres empresas o personas para trabajos de bacheo que en total parcharon 53 mil 601.73 metros cuadrados a un costo total de 14 millones 614 mil 872.10 pesos.
• Anman Constructora y Asociados S.A. de C.V., creada en 2013, se le otorgó un contrato para bachear 12 mil 962.23 metros cuadrados en 4 millones 59 mil 985.36 pesos. La empresa ha sido denunciada públicamente porque una de sus accionistas, Hilda Sánchez Hernández, fue coordinadora de Programación de Auditorías de la Secretaría de Finanzas en Torreón.
• Promotora Bersa S. de R.L. de C.V., se le dio un contrato de 3 millones 156 mil pesos por bachear 9 mil 946.50 metros cuadrados. La empresa es de una persona que ha hecho “carrera” como consejero ciudadano, principalmente en consejos relacionados con seguridad: Juan Adolfo Von Bertrab Saracho.
• Construcciones JM Laguna S.A. de C.V., empresa que ha recibido dos contratos por bacheo de 19 mil 893 metros cuadrados a un monto de 6 millones 234 mil 471.75 pesos. Está a nombre de Xóchitl Fernanda Pérez Dávila y Ricardo Mendoza Cerda. Este último fue esposo de Paulette Seceñas Vázquez, actual directora de Auditoria de Obras Públicas y Programas Sociales del Municipio de Torreón. En todos los contratos que el Municipio ha celebrado con esta empresa, además de los de bacheo, el contratista siempre designa a Juan Alejandro Seceñas Vázquez –hermano de la funcionaria municipal– como encargado de obra.
• En los tres casos, no existen evidencias de trabajo realizado. Los contratos nunca especifican la zona o sector o colonias donde se acuerda realizar las labores de bacheo.