En 1998 el edificio sede del PRI estatal era propiedad pública. El tricolor no tenía escritura alguna que lo acreditara como legítimo dueño, en términos reales y legales el inmueble le pertenecía a todos los saltillenses, no solo a los militantes del Revolucionario Institucional. 

En el espacio que ocupaba la dirigencia priísta en el bulevar Francisco Coss, bien podría haberse construido una escuela o una plaza pública. La administración municipal emanada del PAN tenía elementos legales que, por lo menos, le abrían la posibilidad de regresar a la comunidad una propiedad que les pertenecía, tal vez eso habría pasado, pero Carlos Juaristi, secretario de Gobierno, y Darío Martínez Álvarez, director del Instituto Estatal de la Vivienda salieron al rescate de su partido y del entonces presidente del Comité Directivo Estatal, Alejandro Gutiérrez Gutiérrez.

El ahora aspirante a Gobernador tiene entre sus méritos haber conseguido una escritura para justificar la propiedad de ese inmueble, claro, con la ayuda más que importante del aparato estatal casi omnipotente. 

Pero, ¿quién era ese dirigente priísta  que en 1998 tenía 42 años de edad? Se podría decir que trae la actividad política en los genes, con ascendencia directa de un Gobernador y un Presidente de la República, y para ese año Gutiérrez Gutiérrez ya había sido Diputado Local, Director de Servicios Estatales Aeroportuarios y Diputado Federal.

Fue precisamente en 1998 cuando la fortuna familiar y la suerte personal puso a Alejandro Gutiérrez en el camino del empresario más rico de México y uno de los más ricos del mundo, Carlos Slim. El magnate de las telecomunicaciones se interesó, si mal no recuerdo, en una mina ubicada en Concepción del Oro, Zacatecas, propiedad de su familia, fue así que Grupo Carso y los Gutiérrez conformaron una sociedad de negocios. De entonces a la fecha la figura de Slim ha sido relacionada con la carrera política de Gutiérrez.

Pero no es la única figura de las grandes ligas a la que se le vincula. Actualmente a Gutiérrez se le ubica en el círculo más cercano a Manlio Fabio Beltrones, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, eso le ha permitido regresar a los eventos del Ejecutivo Estatal en un lugar privilegiado, después de muchos años en los que no estuvo presente. 

Y es que la animadversión del político y empresario coahuilense para con el grupo Moreira era legendaria. Su lejanía se originó cuando Gutiérrez buscó la candidatura priísta al Gobierno del Estado en el 2005 pero, como dice la frase, “en política no hay amistades eternas ni pleitos a perpetuidad”.

Para Alejandro Gutiérrez ahora las posibilidades reales de ser candidato del PRI al Gobierno del Estado son mayores que en el 2005. Su cercanía con Manlio Fabio y la leyenda de su relación con Carlos Slim de alguna manera lo ubican como uno de los adversarios más fuertes en la contienda interna tricolor.

En el imaginario de la clase política local nadie ubica al amigo de Beltrones cruzado de brazos. Seguramente ya está presionando para renovar la actual dirigencia priísta encabezada por Verónica Martínez; después dará la pelea de lleno en la contienda interna.

Hoy por hoy solo dos políticos podrían arrebatar la candidatura priísta que ya saborea Miguel Riquelme, alcalde de Torreón; esos políticos son Javier Guerrero García y Alejandro Gutiérrez Gutiérrez.

*El presenta artículo expone mi punto de vista, no la opinión del Gobierno Municipal en el que laboro.

 columnaacropolis@gmail.com
  Twitter: @bebefuerza