Los 5 retos de Ramírez de la O

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Los 5 retos de Ramírez de la O

Con todo y las dudas legales que hay alrededor en lo que respecta a las formas jurídicas que debieron de considerarse para la toma de posesión del cargo de Secretario de Hacienda, por parte de Rogelio Ramírez de la O., el nuevo titular de la dependencia encargada de conducir las finanzas públicas y del manejo de la política económica del país, tendrá que afrontar cinco retos con carácter de urgente.

Dar continuidad a la estabilidad macroeconómica. La cual no debe de confundirse necesariamente con una disciplina fiscal que se base únicamente en la austeridad del gasto y el control de la deuda pública,-cualquiera cosa que estas dos ideas signifiquen para la actual administración-. En este orden de ideas, la coordinación con el Banco de México y un irrestricto respeto a su autonomía, constituirán los elementos esenciales para la consecución de este objetivo.

La sostenibilidad operativa y financiera de Pemex. Como bien se sabe, la empresa productiva del Estado representa un pesado lastre para las finanzas públicas. Ya lejos quedaron los años en los cuales la paraestatal era la que salvaba al erario público. Pemex es un desastre en términos operativos bajo cualquier indicador de eficiencia en el que se pretenda medirla. En temas financieros ya es una tragedia los niveles de pérdidas, patrimonio negativo y endeudamiento que carga.

Reforma fiscal. En este punto no hay mucho que añadir a la cantaleta que cada sexenio se pone en el debate público. La necesidad de que el Estado cuente con mayores ingresos para cumplir de mejor manera con sus responsabilidades, es una condición necesaria, no solamente si pretendemos mejorar las condiciones de vida de la población, sino también si queremos un gobierno viable y una paz social.

Recuperar la confianza de los inversionistas. Aunque no es el reto más difícil per se, porque el tema de Pemex se cuece aparte, si es uno que requiere urgente atención si les interesa retomar el rumbo de la economía. Escuchar a los inversionistas y construir condiciones favorables despojándonos de dogmas e ideologías y poniendo por encima de todo Al estado de derecho, tendría que ser los pilares que sostengan una nueva relación entre el gobierno y el sector empresarial.

Conservar el grado de inversión y mejorar el perfil crediticio. El cumplimiento de los puntos anteriores brindaría confianza y certidumbre a los mercados sobre la consistencia en la conducción de la política económica del país. Inexplicable y afortunadamente las calificadoras han sido muy condescendientes y no hemos perdido el grado de inversión. No debemos esperar a que se les agote la paciencia.

Por el bien el país, mucha suerte al nuevo Secretario de Hacienda.