“La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio”. La frase que dijo Hugo López-Gatell el 16 de marzo, durante la mañanera, pintó de cuerpo entero al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, a quienes sus detractores consideran un “burócrata siempre servil al poder”.

Desde la desestimación del uso del cubrebocas hasta sus contradicciones con las cifras y proyecciones, sus negligencias en el manejo del COVID-19 han contribuido a las estadísticas que hoy enlutan a México con más de 90 mil muertes, señaló la revista Proceso en su artículo “En medio de la pandemia, el protagonismo mediático de López-Gatell”.

Arropado por Andrés Manuel López Obrador, “el gobierno de la 4T impulsa mediáticamente al Subsecretario, quien ya se convirtió hasta en lector de cuentos (el Día del Niño) y declamador de poemas, entre otras cosas totalmente ajenas a su función; es una especie de rockstar”, expuso Raymundo Bolaños, apoderado legal del PAN que entabló una denuncia en la Fiscalía General de la República contra el funcionario, por sabotaje, pues “sus acciones entorpecen los servicios de salud”.

También pesan sobre él críticas de trabajadores de la Salud, quienes cuestionan la falta de insumos para enfrentar la pandemia, pero también la previsión que se hizo de la misma.

“La capacitación al personal debió hacerse desde diciembre, tan pronto empezó en China. Pero no fue así. En México tuvimos un retraso de cuatro meses y la pandemia nos agarró desprevenidos. Esto provocó que muchos colegas médicos murieran”, subrayó el Frente Nacional de Trabajadores de la Salud.

(Con información de Proceso)