Lo sucedido en Culiacán refleja instituciones débiles: Red por la Rendición de Cuentas
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Lo sucedido en Culiacán refleja instituciones débiles: Red por la Rendición de Cuentas
Ciudad de México. Por años, el Estado mexicano ha acumulado una debilidad que lo hace incapaz de enfrentar los problemas del país, entre ellos la inseguridad, aseveró el coordinador general de la Red por la Rendición de Cuentas, Mauricio Merino.
Los actos suscitados la semana pasada en Culiacán, Sinaloa, dijo, son la secuela más evidente de lo que no se hizo en el pasado; esos hechos reflejan la captura de las instituciones y la enorme debilidad de éstas, que las hace incapaces de resolver los problemas concretos que les dan razón de ser.
Tras participar en el octavo seminario internacional Democracias capturadas. Desafíos para América Latina, el especialista afirmó: "El Estado mexicano, como muchos de los de la región, es un Estado muy débil, incapaz de controlar el territorio en su conjunto, de atender y resolver a todos los trabajadores de la economía (pues) 60 por ciento del trabajo en México es informal, incapaz de atender los problemas de seguridad. Es un Estado muy débil".
Enfatizó que se trata de una problemática acumulada por muchos años, y bajo esas circunstancias el gobierno de Andrés Manuel López Obrador toma las riendas de la nación. "Es tan absurdo decir que el gobierno actual es el culpable de los males del país, como decir que los males heredados del país hacen imposible resolverlos. Las dos fórmulas son inexactas", aseveró en entrevista al finalizar la inauguración del seminario.
En diez meses que lleva la administración de López Obrador es difícil resolver la acumulada debilidad del Estado. "No es un acto de magia, ni tampoco el resultado de un gran liderazgo político como el que sin duda ha tenido el principal líder de la oposición en México, que ha sido Andrés Manuel López Obrador, nada más que hoy el líder de la oposición es el presidente de la República".
Indicó que en México y otras naciones de América Latina, como en Chile, recientemente se han expresado rebeliones de distinto tipo que muestran el hartazgo social de los actuales sistemas, en particular de partidos políticos, quienes han estado distantes frente a los problemas concretos de la gente, en lo que llamó una recesión democrática.
"En México hay un desencanto enormemente extendido en la sociedad que se ha expresado en la búsqueda de una esperanza de cambio que se ha depositado en el presidente López Obrador. No se explicaría el enorme caudal de votos que acumuló el entonces candidato, sin la contraparte de ese desencanto con el régimen de partidos, la violencia, la corrupción, la desigualdad. Obviamente este refrendo de la esperanza debe tener respuestas, y la gente tiene prisa de tenerlas. Pero es un fenómeno que ha venido sucediendo en prácticamente toda la región".
Y mientras en Chile y otras naciones de la región la rebelión se ha expresado en las calles, en México se trató de una rebelión electoral expresada el 1 de julio de 2018. Esa "es una señal inequívoca del rechazo de la mayor parte de la sociedad mexicana al régimen de partidos tradicional, mismo que se deshizo el 1 de julio. Los partidos tradicionales dejaron de ser funcionales y hoy mismo siguen sin serlo, siguen sin encontrar cuál puede ser su futuro".
Pero la rebelión también se da en las calles de México, y esa es, subrayó, la del crimen organizado.
"Los problemas que está viviendo el país en términos de la incapacidad del Estado, pero no se confundan con una crítica coyuntural, estoy hablando de otra cosa, para atender los problemas de fondo del país es gravísimo. Si no somos capaces de reconstituir el Estado en su conjunto, no al gobierno, sino el Estado como la capacidad dde hacer valer las reglas del juego y la capacidad de hacer valer los derechos de la gente y atender los problemas más inmediatos colectivamente, sino, enfrentaremos problemas todavía más serios de los que tenemos", apuntó.