El Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) recibió la visita del mayor orgullo cinematográfico tapatío: Guillermo del Toro, recién ganador de dos premios Oscar. Su presencia durante la celebración fílmica se dio sobre todo para apoyar a los jóvenes, para lo cual el director dio tres largas master clases donde respondió tantas dudas del público como le fue humanamente posible. Consejos, anécdotas, detalles técnicos de sus películas, era un libro abierto para los posibles nuevos cineastas. 

Claro que no todo lo que se proyecta en el FICG son óperas primas, pero buena parte son propuestas nuevas de gente con carrera relativamente breve. Lo cierto es que muchos de los cortos, documentales y ficciones que se presentaron todavía no encuentran un camino al cine comercial. Esperan todavía transformar mentes y emocionar a un público masivo.

Estas fueron las propuestas más interesantes y arriesgadas que vimos en el FICG y que seguro darán de qué hablar tras su paso por este evento.

“Tiempo Compartido”
La segunda película de Sebastián Hofmann, director de “Halley” (2012), ganó el premio a Mejor Guion en el pasado Festival de Sundance. Este logro mexicano no es para menos. Su cinta cuenta la historia de dos hombres en un misterioso hotel, aparentemente perfecto. Uno de ellos llega con su esposa e hijo, con la idea de superar sus problemas y el otro es un trabajador del lugar que carga con un trauma del pasado. Técnicamente es casi impecable: la música del italiano Giorgio Giampa, la fotografía de Matías Penachino y quizá las mejores actuaciones en la carrera de Luis Gerardo Méndez y Miguel Rodarte. Es un filme atmosférico y crea la sensación de terror psicológico, pero mezcla también drama y comedia negra. Es una sátira de la vida que no da risa. Un de las películas mexicanas más originales que se han visto en años recientes.

“Ocho de Cada Diez”
Dirigida por Sergio Umansky y protagonizada por Noé Hernández, esta historia tiene un mensaje: señalar la incompetencia de las autoridades ante la descabellada cantidad de asesinatos que hay todos los días en México. Para ello cuenta la historia de un hombre que busca venganza por la muerte de su hijo y una prostituta que quiere rescatara a su hija de las garras de un padre abusivo. Precisa y absorbente, esta cinta tiene el nivel exacto de crudeza para transmitir su mensaje y una historia entrañable con personajes humanos. El ciclo vicioso de la violencia se ilustra con gran maestría, lo mismo que los ligeros momentos de esperanza y cariño en medio de tanta oscuridad y violencia. Se incluyen escenas de asesinatos reales captados por cámaras de seguridad, que quizá no sean tan necesarias, pero que pretenden sacudir al espectador.

“El Último Romántico” (Cortometraje)
Natalia García Agraz, estudiante del Centro de Capacitación Cinematográfica, presentó su trabajo en el Programa 3 de Cortometraje Iberoamericano. Cuenta la historia de un chico que trabaja en un boliche y fantasea con una serie de libros. Buen empleado, pero abusado por sus compañeros, se refugia en la fantasía de estas novelas para salir adelante. La historia es simple, pero conmovedora y divertida. Además, se alterna y cuenta paralelamente a los libros antes mencionados, en secuencias filmadas impecablemente como cine negro. Su trama no es nada fuera de lo común, pero está narrada con tanta precisión y editada de manera tan adecuada que funciona en cada momento, tanto en sus risas, como sus momentos más dramáticos. 13 minutos de maravilla fílmica de una directora de quien ojalá sepamos más pronto.

Los cortos porno de Erika Lust (Premio Maguey)
La directora sueca recibió el Premio Maguey por su trayectoria. Se trata de un galardón y sección del FICG que presenta “historias acompañadas de una orientación sexual abierta y diversa”. ¿Y quién es Erika Lust? Quizá la mejor directora porno de la historia. Ella presentó dos volúmenes de cortometrajes cuyo objetivo principal es romper con la industria pornográfica tradicional. Hay sexo explícito, pero va más allá, buscando dentro del ambiente erótico auténticos valores cinematográficos. Sus historias no sólo son breves e ingeniosas, sino incluso bellas y hasta poéticas.

“Hermanos”
Los migrantes y Estados Unidos son ya quizá un lugar común dentro de los documentales. No en este trabajo de Laura Plancarte. Cuenta dos historias: dos hermanos deportados con una madre ausente que vive en Estados Unidos y una mujer de aquel país con problemas económicos, quien ve en Donald Trump la esperanza para un futuro mejor. Su edición es ágil y efectiva, resaltando bien su objetivo de mostrar dos puntos de vista, desde ambos lados de la frontera.