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Lluvias en Puebla desatan la muerte y el casos
TLAOLA, PUE.- Después de cuatro horas de lluvia intensa, el cuerpo sin vida de Candelaria Vázquez llegó a la casa de San Juana y Ciriaco, quienes abrieron las dos puertas de su casa para que el lodo cruzara por su casa, mientras sus tres hijas permanecían arriba de las tarimas que hacen la función de camas.
Eran las 10 de la noche del pasado sábado cuando Ciriaco Sánchez Corona salió a reconocer el cuerpo y se dio cuenta que era el de Candelaria Vázquez, quien vivía más de un kilómetro cerro arriba.
Cuando sus hijas intentaron salir para ver de lo que sus padres hablaban, la más pequeña gritó con miedo: “Mamacita me va a llevar el agua”.
Cuatro días después de la tromba más intensa que han sentido en esta junta auxiliar del municipio de Tlaola, San Juana y Ciriaco todavía lo recuerdan claramente, pues el agua que se salió del río les cambió la vida.
Gracias a que los muros de sus dos recámaras eran de blocks de cemento resistieron el agua espesa, como lo afirma Ciriaco Sánchez Corona; pero la puerta trasera de madera no soportó y la reventó el agua, después Ciro atrancó la de enfrente para que el agua cruzara y fue cuando vio el cuerpo de la mujer de 55 de años.
A Candelaria Vázquez la sepultaron el pasado martes, pero todavía no encuentran los cuerpos de dos de sus hijos, de su nuera y una nieta.
“Todavía no aparece la familia de doña Cande, solo ella y otra señora que también se fue, pero ella solita”, recordó ayer miércoles San Juana Amelco, quien para dimensionar el grado de la tragedia, dice que ya ni se sabe dónde estaba la casa de Candelaria, era de madera y toda se la llevó el agua.
Antes de ir a refugiarse al segundo piso de la casa de un tío, Ciro cargó el cuerpo de la mujer para recostarla junto al muro de su casa y la tapó con una cobija, después sacó a sus cuatro mujeres para llevarlas casi de madrugada a un lugar seguro.
MUERTOS EN CHICAHUAXTLA
Para la gente de Chicahuaxtla van nueve muertos, dos fallecieron a causa de miedo y depresión el pasado lunes, y cinco más no aparecen; por lo que la cifra podría aumentar.
Entre los muertos se encuentra el doctor Manuel, aunque en Chicahuaxtla no vivía ningún familiar, la comunidad lo recuerda con lamento pues lo refieren como una persona que en su consultorio particular atendía con gusto, a veces sin cobrar, y siempre se trasladaba a cualquier comunidad si era necesario.
Los pobladores de Chicahuaxtla calculan que el doctor, de unos 45 años, llevaba unos 18 en el pueblo, vivía solo pues su familia radicaba en la ciudad de Puebla.
El presidente auxiliar de esta comunidad, Luis Picaso Tlacomulco, tiene el conteo de ocho desaparecidos y tres muertos, aunque desconoce los que han fallecido en cama y ya fueron enterrados.
El alcalde auxiliar narró que desde la noche del sábado algunos pobladores empezaron a llegar a la presidencia en donde pernoctaron, después durante la mañana del domingo todo el pueblo se concentró en la plaza pública para empezar a hacer el recuento de los daños.
Durante todo el domingo y la mitad del lunes estuvieron solos, el camino para llegar a su comunidad estaba cerrado.
Después del medio día del lunes inició el conteo oficial de casas destruidas, dañadas y personas desaparecidas y fallecidas.
“La verdad ya no puedo llevar bien la cuenta aquí, más o menos en el último conteo fueron 350 casas de unas 500 que calculo que tiene el pueblo”, dijo en entrevista el edil subalterno.