Llega Hilario González, nuevo obispo de Saltillo, con cambio de línea en la Diócesis

La Diócesis de Saltillo tiene nuevo pastor, monseñor Hilario González, con él llega un discurso moderado y apegado al rito católico; de inicio, lo que predicó el prelado fue un mensaje de unidad, con menos críticas sociales y más llamados a la vida espiritual
Mensaje. Lo que el ya Obispo de Saltillo pidió a los presentes, fue desperdigar muestras de amor entre sus prójimos y atraerlos a la Iglesia. FOTOS: OMAR SAUCEDO

No hubo prédicas incendiarias, tampoco proclamas incómodas en alusión a la clase dominante, la misa de toma de posesión de monseñor Hilario González García, el nuevo obispo de la Diócesis de Saltillo, estuvo marcada por un discurso más bien moderado y ceñido al rito tradicional de la Iglesia Católica.

En cambio, el nuevo pastor se comprometió a hacer de esta “una Diócesis en la que se cumplan los valores del reino de Dios. Presentar a Cristo vivo sobre todo a los pequeños, a los adolescentes, a los jóvenes, a los pobres y marginados, a los que están en busca de sentido para su vida y a los que han desistido de seguir a Cristo y de pertenecer a su iglesia”.

Al mismo tiempo el celebrante padre Antonio Ramos realzaba las cualidades que el Papa Francisco vio en monseñor Hilario para elevarlo a Obispo.

“Su aptitud de pastor providente y padre con un corazón rico en misericordia”.

‘NO OLVIDE A DESPROTEGIDOS’

Pero el encargo del hoy Obispo Emérito, don Raúl Vera López, en su mensaje de bienvenida al padre Hilario de no abandonar el proyecto en favor de los desprotegidos, de los que nadie ve ni escucha, no pudo ser más claro:

“Don Hilario, quiera y reciba a los ejidatarios, a los migrantes, a los presos, a las familias de los desaparecidos. Tenga en su corazón a las víctimas de femicidios y sus huérfanos, a los niños y jóvenes a quien se les niega un futuro digno”. 

Momentos antes, en la conferencia de prensa virtual que ofreciera, el ya elevado séptimo obispo de Saltillo, dijo entre bromas, cuando alguien le preguntó que si habría nuevas disposiciones por la pandemia:

“Estoy como si a un novio en el banquete de bodas le preguntan: oiga, ¿y cómo va a pagar la renta?’. Denme chance, por favor, de gozar la fiesta ‘¿Y cómo le va a hacer cuando su esposa no lo quiera?’, pues no sé, yo ahorita estoy en la boda, por favor”.

El exterior de la Catedral estaba resguardado con vallas metálicas, piquetes de policías, comandos caninos, carros patrulla.

VEN A UN LÍDER JOVEN

A su llegada a la Diócesis por la Villa de Arteaga algunas mujeres, ministros de la Eucaristía y catequistas, bromeaban con la juventud del prelado, monseñor Hilario tiene 55 años, y mostraban su contento apenas lo vieron traspasar la puerta de templo del San Isidro Labrador rumbo al atrio y luego a la plaza, donde unas mesas largas y adornadas con manteles blanco y rojo, lo esperaba para su recibimiento, emotivo recibimiento.

“Es nuestro Obispo, es nuestro pastor y nosotros somos su rebaño, somos ovejas perdidas, porque nadie es perfecto, y necesitamos un buen pastor y como el padre, no lo he visto, pero dicen que está jovencito, mucho mejor…”, soltó Victoria Rivera, integrante del Grupo de la Misericordia del templo de San Francisco de Asís, en Arteaga.

Más tarde en el pleno acto solemne en la Catedral de Santiago, el Nuncio Apostólico Franco Coppola, representante del Papa Francisco en el cambio de mando de obispos, predicaba sobre el evangelio San Juan que habla del buen pastor que da la vida por sus ovejas.

“Tenemos que ser pastores dando el ejemplo, ponernos en el camino con las hermanas y hermanos nuestros, escucharlos y ayudarlos a entender los caminos del Señor”.

Asume. Hilario González (izq) fue elevado a Obispo de la Diócesis de Saltillo, lo atestiguaron obispos amigos y el representante del Papa, Franco Coppola, (al centro).
Don Hilario, quiera y reciba a los ejidatarios, a los migrantes, a los presos”.
Raúl Vera, obispo emérito.

QUIEREN FIELES MÁS COMUNICACIÓN

Que hubiera más comunicación e inclusión en el sector de los niños y jóvenes, se pronunció Rocío Valdés, una maestra de catecismo de la Iglesia de San Isidro aquella mañana, la mañana de la bienvenida a don Hilario González García.

“No jamás nos sentimos excluidos, pero necesitamos más colaboración ahorita con lo de la pandemia y darles siempre un sentido de fe, de amor y de esperanza, a nuestros alumnos”.  

La víspera el padre Hilario, vestido de sotana negra, banda y soldeo rosa mexicano, realizó una oración frente al Santísimo Sacramento e impartió la bendición con Jesús Eucaristía ante el exiguo número de laicos, que permitió la pandemia, reunidos en la parroquia de San Isidro. El primer acto del padre Hilario como nuevo jerarca de esta curia.

Afuera, el escaso grupo le abría valla con globos blancos y amarillos que se batían con el viento bajo un sol lagañoso que empezaba a calentar.

Con las pancartas se hicieron presentes las comunidades parroquiales de Arteaga, la de San Francisco de Asís y la de la Capilla del Santo Cristo, del ejido Huachichil.

“Aquí dándole gracias a Dios por la venida del señor Obispo Hilario”, dijo Ernestina Altamirano, ministro de Eucaristía. 

Al rato, sentados a la mesa de honor, en la plaza rebosante de ramos de flores, el Nuncio Franco Coppola, don Hilario González García, Fray Raúl Vera López y Everardo Durán Flores, alcalde Arteaga.

La muchedumbre, con pandemia y sin pandemia, deshaciéndose en bravos, porras y aplausos, dando la bienvenida a su nuevo pastor.

Mensaje. El gobernador Miguel Riquelme consideró que el trabajo de la Iglesia católica con sus fieles ayuda en la gobernabilidad de Coahuila.

Gobernador da la bienvenida a nuevo Obispo; promete diálogo cercano y abierto

Por: NAZUL ARAMAYO

El gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, acudió a la celebración eucarística en la que el nuevo Obispo de la Diócesis de Saltillo tomó posesión, le dio la bienvenida y expresó su postura de mantener comunicación dentro del marco institucional.

“Por mi parte, darle la bienvenida, decirle que llega a un estado seguro, donde libremente la gente hace y practica, además de otras cosas, su religión”, dijo el mandatario estatal.

Riquelme Solís expresó que la relación Gobierno-Iglesia Católica se mantendrá dentro del marco institucional y de manera respetuosa, al igual que con otras iglesias y religiones en la entidad.

“Mi relación con las distintas iglesias, al igual que con la católica y religiones, debe ser siempre en el marco institucional, y así será también en esta ocasión”, señaló el Gobernador.

Luego envió un mensaje de solidaridad a fray Raúl Vera López, quien continuará su vida en la capital del estado como obispo emérito.

EXPLICA SU PRESENCIA

Riquelme Solís puntualizó que acudió a la misa y celebración de toma de posesión del nuevo Obispo de Saltillo: “en primer lugar porque soy creyente, y en segundo porque creo que como autoridad merece el respeto desde que llega a aquí quien será el máximo jerarca de la Iglesia católica en esta área de nuestra entidad”, concluyó.

“Obispo amigo, Arteaga está contigo…”.

Más allá el Mariachi Reyes de América, ¡si señor!, entonando, trompetas y guitarras, el corrido de Coahuila, “en Cuatro Ciénegas hay muchas uvas, en la Laguna mucho algodón…”.

Después el batir de un tambor, el tambor de unos danzantes, la Danza de la Santa Cruz, cuya vestimenta, penachos y faldillas, eran un grito de color. 

Luego las palabras de Raúl Vera para Monseñor Hilario:

“Ésta es nada más es una probadita de lo que es este pueblo que vas tú a tener a tu cargo… Yo te digo bienvenido, muy bienvenido, estás en tu casa”.

Dijo don Raúl y aprovechó para despedirse de su grey.

“A ustedes muchas gracias, aprovecho, muchas gracias Arteaga, muchas gracias San Isidro, muchas gracias San Antonio y recen por mí”.

TODO REGALO ES SÍMBOLO DE AMOR

El programa cerró con el obsequio a monseñor Hilario de un sarape bordado con su nombre, como signo de acogida a su nueva Diócesis, por parte de la familia Alemán, originaria de la comunidad Potrero de Ábrego, en la Sierra de Arteaga.

Horas después en la Catedral, a cuyos alrededores había más medios de comunicación y policías que gente, otro efecto de la pandemia, monseñor Hilario recibía la mitra, el báculo, la cátedra y su nuevo lema de Obispo: “Sirvamos al señor con alegría”. 

Al final de la misa y mientras el tumulto de sacerdotes, presbíteros, diáconos y obispos invitados se dirigían a la salida, se oyó una voz, la de monseñor Hilario, que decía: “Foto, foto, pa la estampita…”.

Mensaje. Pegadas en las bancas resaltaban las fotografías con los rostros de desaparecidos y víctimas de feminicidios. Al fondo el nuevo Obispo se confesaba.

Así llegó Vera hace 21 años

Esta fue la portada que VANGUARDIA publicó el 21 de marzo del 2000 con la toma de protesta de Vera. En su primer mensaje arremetió contra los males sociales del país: