En soledad y sin ningún familiar que estuviera a su lado en sus últimas horas, así falleció una persona en la sala de urgencias de un hospital, siendo llevado hasta el Semefo en calidad de no identificado.

Raras son las circunstancias que rodean el deceso de esta persona de aproximadamente 35 años de edad, pues permaneció varios días internado, presentando varios golpes en todo el cuerpo, por lo que ya se investiga una posible muerte violenta.

Y es que las autoridades ministeriales piensan que pudieron ser los golpes la causa del deceso, pues varias de las heridas estaban a la altura de la cadera y el abdomen, lo que pudo causar una laceración del bazo o de hígado.

No obstante, será la necropsia que se le practique la que arroje las causas reales del fallecimiento, mientras tanto, el cuerpo permanece en las instalaciones del Semefo a la espera de que acuda alguien a identificarlo.

Fue durante el transcurso del miércoles que se registró el fallecimiento de la persona, que tenía ya internada en el Hospital General al cuidado de especialistas en el área de traumatismo, quienes hicieron lo humanamente posible para salvarlo.

De acuerdo a fuentes extraoficiales, la persona ingresó durante el transcurso de la noche, sin que se pudiera especificar si lo llevó una ambulancia de emergencias o un vehículo particular, presentando varios golpes en diferentes partes del cuerpo.

Su agonía se prolongó varios días hasta que finalmente sucumbió ante las lesiones; el personal médico estuvo muy al pendiente de los posibles parientes que aparecieran, pues no portaba alguna identificación con él.

Esperaron por los familiares, pero como nadie apareció para reclamarlo, finalmente acudieron las autoridades de la Unidad de Investigación de Homicidios de la PGJE a tomar conocimiento, el jueves por la tarde, ordenando el traslado del cuerpo para iniciar la carpeta de investigación.

ENTÉRESE
> La víctima, de unos 35 años de edad, tenía varios días internado en el Hospital General.
> Presentaba golpes en todo el cuerpo.
> Algunas heridas estaban a la altura de la cadera y el abdomen, lo que pudo causar una laceración del bazo o de hígado.