El homicidio del presbítero Joaquín Hernández Sifuentes “debe llevar a reflexiones muy profundas sobre lo que se está haciendo mal o lo que no se está haciendo”, pronunció el obispo Raúl Vera López este lunes durante las honras fúnebres celebradas en la Catedral de Saltillo en memoria del sacerdote encontrado muerto en un predio de Parras de la Fuente, el pasado 12 de enero. 

Al inicio de la celebración eucarística, uno de los presbíteros pronunció sobre el homicidio del Padre: “A nosotros no nos toca juzgar a quienes ocasionaron su muerte, sólo Cristo conoce la historia de cada uno de nosotros”, dijo. 

Posteriormente, ingresaron al templo los familiares del presbítero Joaquín que fueron acompañados por amigos, ex compañeros de estudios, feligreses y sacerdotes dependientes de las Diócesis de Saltillo y Piedras Negras.

Durante la ceremonia oficiada por el obispo Raúl Vera López reconoció que la violencia ocasionada en el país había trastocado a los miembros de la Iglesia Católica, asimismo hizo una autocrítica referente al egoísmo entre los ministros de cualquier Iglesia: 

“…Cuando vivimos para nosotros toca a nuestro corazón y a nuestra piel la violencia, y más nosotros que estamos para organizar la Iglesia, nosotros, los presbíteros, nosotros los obispos. Sí, esto nos hace pensar cómo estamos organizando la evangelización, cómo el mal avanza y llega y nos toca también… quizá lo habíamos visto mucho en los familiares de los desaparecidos, en las personas en las que todos los días los periódicos nos dicen que hay una balacera, que tantas personas que hoy mueren. 

“Cuando pensamos en nosotros mismos estamos preparando hechos como éste. Tenemos que ayudar y más nosotros los que son llamados ‘profetas, evangelizadores, pastores’ están para organizar todos los dones y tenemos que pensar, nosotros los presbíteros, que hay mucha gente que nunca se acerca en nuestras templos y debemos llegar a ellos para que nuestra sociedad se convierta en una sociedad de paz, de justicia y de amor”, señaló durante la homilía. 

Asimismo, dijo a los sacerdotes que ya no se puede seguir evangelizando con acciones aisladas, sino que se tiene que organizar mediante alguna de las pastorales la manera en cómo acercar a los fieles. 

Finalmente, en una celebración que se prolongó durante dos horas, Vera López agradeció a todos los párrocos de las Diócesis de Saltillo y Piedras Negras la solidaridad que tuvieron hacia la familia y las personas allegadas al presbítero Joaquín Hernández.