Los incidentes de este viernes en Veracruz demostraron la poca efectividad de la Ley antiviolencia que, paradójicamente, fue impulsada el año pasado por el dueño de los Tiburones, Fidel Kuri Grajales.

El también diputado federal por el distrito de Orizaba propuso Reformas a la Ley General de Cultura Física y Deporte para enfatizar acciones preventivas en casos de violencia. Esta iniciativa la realizó el 15 de diciembre del 2015 en la Cámara de Diputados y fue aprobada en abril del 2016.

“Establecer como principio en el ejercicio y desarrollo del derecho a la cultura física y el deporte, fomentar actitudes solidarias, propiciar la cultura de paz, de la legalidad y la no violencia”, fueron algunos de los lineamientos de la iniciativa.

Esto se estableció mediante modificaciones a los artículos 3 y 30, con las cuales también se impulsaba el combate al dopaje.

Sin embargo, esta intención pacífica de Kuri Grajales se concretó luego de que en enero del 2016 agrediera al director del área técnica de la Comisión de Árbitros, Edgardo Codesal, en uno de los palcos del “Pirata” Fuente, donde este viernes hubo graves incidentes entre las barras de Veracruz y Tigres.

Kuri Grajales fue suspendido un año de toda actividad relacionada con el futbol profesional. Sin embargo, en septiembre le ampliaron la suspensión por ocho meses más por aparecer en el túnel del estadio del Puebla y agredir verbalmente a un reportero.

“Este pinche poblano…”, decía Kuri refiriéndose al periodista antes de añadir: “Somos amigos”, “el futbol nos une”, entre otras frases como “¿Sabes por qué te quiero? Porque no tienes huevos”.

Presumieron operativo

También paradójico fue el comunicado que emitió el club veracruzano el jueves pasado tras una junta de seguridad en la que definieron un operativo con más de mil efectivos.

El mismo mencionaba que el operativo iniciaría a las 16:30 “con estrictas medidas para salvaguardar la integridad de quienes se den cita para el importante compromiso”.

La reunión fue dirigida por Jorge Garduño, integrante del área operativa y logística del estadio, para coordinarse con la Policía Naval, Protección Civil, el C4, representantes del “IPAX” (Instituto de la Policía Auxiliar), elementos de seguridad privada y Ministerio Público, así como con Policía Federal, bomberos y Tránsito.