Muere legendaria lideresa del PRI en Saltillo

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Muere legendaria lideresa del PRI en Saltillo

María Herrera, famosa lideresa local / Foto: VANGUARDIA
Fuentes cercanas confirmaron su muerte este día
Tas pendejo, ¿que no sabes quién soy yo?, soy María Herrera’, nomás les decía que era María Herrera y ‘ay discúlpeme’, nomás faltaba que le aventaran alfombra”
así se llegaba a dirigir María Herrera a funcionarios

Mujer famosa por hablarle de tú a tú a los gobernantes, doña María Herrera, tuvo 25 hijos y fue conocida por ser una de las "fundadoras" de Saltillo.

Aunque todavía no se confirma la causa de su fallecimiento, personas cercanas a una de las primeras gestoras sociales del estado confirmaron a este medio su muerte.

De acuerdo al último contacto que se tuvo con familiares y amigos el cuerpo de María Herrera aún permanecía en el hospital, María Herrera nació en 1937 y es recordada por compartir mesa con pandilleros y personajes de la ciudad a la vez. Son personas cercanas quienes se encuentran llevando a cabo los trámites correspondientes para organizar su funeral.

Compartimos uno de los tantos textos dedicados en este medio para una leyenda de la ciudad:

Una mujer que pendejeaba a los gobernantes en sus oficinas y era temida por sus detractores en barrios y colonias.

Valiente, brava, era doña María Herrera, que peleaba su territorio a punta de pedradas y mentadas.

La vieja escuela de las lideresas de hoy, las de la nueva ola, que se hacen llamar gestoras sociales, nomás pa darle caché, pero son lo mismo.

Cuando alguien me contó de la ruptura del PRI con la lideresa decana de las lideresas, me extrañó, no lo creí.

No podía ser que alguien tan influyente en la política desde las bases, de las calles, desde las colonias, donde está la perrada, de repente la botaran.

Y la botaron.

Después supe que, incluso, los políticos de otras facciones iban a verla a su casa de la colonia El Mirador, para pedirle consejo.

Entonces fui yo también para que contara cómo se convirtió María Herrera en la madre de todas las lideresas,
La encontré hecha una anciana, enferma, pero andando y hablando.

Me dijo que lo del liderazgo le venía de familia, de su padre campesino, que no se dejaba de nadie.

El líder nace, no se hace.

María había migrado de una ranchería muy cerca de Saltillo y llegado a un barrio miserable donde no había casas, agua, luz, ni cloacas.

Y así empezó, organizando a los paracaidistas para conseguir que les regularizaran “sus predios”.

Andaba descalza y mal vestida.

Al rato se metió a defender otras causas, en otras colonias, hasta que fue María, la lideresa.

Que cuántas casas, propiedades había acumulado en su larga carrera de dirigente, le pregunté, que una, me dijo, en la que ahora vive, en la que siempre ha vivido.

Qué de qué se había mantenido todos estos años, que del salario de su esposo proletario, me respondió.
No le creí.

Pero esa es María, la lideresa, algún defecto tenía que tener, ¿no?

Cuando María Herrera nos abrió las puertas de su casa

Corría el año del 2012, en aquella ocasión María Herrera dijo que cuando la familia se fue a vivir a El Mirador, una colonia ubicada al poniente de Saltillo en un lugar conocido como el Cerro del Pueblo. Junto a su esposo Pedro, habían procreado ya 10 hijos. 

En aquella época, El Mirador había sido pensada como un conjunto habitacional exclusivo de doctores, a los que un “coyote”. de nombre Pancho Hernández, les vendió lotes sin servicio alguno. “Los doctores se empezaron a ir, no les gustó la colonia porque no había agua, los engañó don Pancho, metió la tubería, pero no el agua”. Los pocos vecinos que quedaron en el sector formaron entonces un comité de obras, del que propusieron como presidenta a María Herrera, sin que al principio ella aceptara la oferta. “Les dije ‘no puedo decirles sí o no, necesito primero contar con mi esposo, si mi esposo me deja, si no…. no’. Me dieron una semana, yo le dije a él ‘cómo ves, me nombran presidente del comité’, dice ‘¿y luego, por qué no le entras?’, le dije ‘no, primero tengo que contar contigo, porque para esto tiene una que desobligarse de ustedes, de la casa’”.

A la semana siguiente María Herrera tomaba posesión de su cargo y lo primero que hizo fue traer el agua potable de la Alameda a todas las calles y casas de la colonia El Mirador. “Yo gestionaba, agarraba calle por calle y les decía ‘vamos a tener agua, pero les va a costar tanto, lo vamos a hacer por cooperación’. Aquí nunca el municipio, ni nadie, puso un peso pa meter el agua ni la luz, en todas las colonias que he hecho la gente ha cooperado para meter los servicios."

- ¿Qué le debe el PRI a doña María Herrera? - ¡Que existe, principalmente!