Un pequeño aficionado de los Cachorros de Chicago había sido víctima de un "robo" de una pelota de beisbol que había atrapado en el juego entre el equipo de la "Ciudad de los Vientos" ante los Cardenales de Arizona, pero la vida le sonrió de mejor forma.

El jovencito soltó sin querer la bola y un aficionado cerca de él la recogió enseguida y se la dio a su esposa.

Cuando los Cachorros se dieron cuenta de dicho hecho, le regalaron una pelota autografiada por el pelotero Javier Báez, por lo que al final todo salió mejor para el pequeño aficionado de Chicago.