'Lávate las manos'... Sí, con qué: el coronavirus sorprende a la CDMX con escasez de agua

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'Lávate las manos'... Sí, con qué: el coronavirus sorprende a la CDMX con escasez de agua

La población sin acceso a agua potable está en condición de vulnerabilidad frente a virus y enfermedades. Fotos: Sugeyry Romina Gándara/SinEmbargo
Lavarse las manos constantemente, “¿cómo?, ¡si ni agua tenemos!”, dicen habitantes de las alcaldías Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco, donde por años han padecido de la falta de agua

Ciudad de México.- Natalia Hernández mira dentro un tambo oxidado con agua. El líquido tiene un tono “amarillento” o casi “verdoso”. Es la poca agua que obtuvo gracias a que un vecino le permitió recabarla cuando “les llegó”.

“Que tenemos que lavarnos las manos seguido, por lo del coronavirus. Pero no tenemos agua. ¿Usted cree que vamos a protegernos con esta agua sucia?”, reclama la mujer de 50 años mientras señala su tambo donde acumula el agua para su familia.

La escasez de agua para Natalia y su familia es la constante en su casa y en la colonia donde ella vive, La Polvorrilla, ubicada en la Alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México, uno de los sectores más afectados por el desabasto del líquido.

En la Ciudad de México al menos un millón de habitantes no cuentan con agua, de acuerdo a diversos estudios publicados. La situación se acentúa en la Alcaldía Iztapalapa, donde se estima que son al menos 400 mil habitantes que por años han sufrido de desabasto, entre ellos Natalia.

Enfrentar las medidas contra el coronavirus, como el aseo constante y lavar frecuentemente las manos, supone un esfuerzo mayor para los habitantes de esta colonia y del sector oriente de la capital del país, que por años aplican medidas para poder obtener agua, o bien el costo para obtenerla es mayor.

Natalia, además de vivir en una colonia con constante desabasto, no cuenta con una toma de agua. La mujer acumula el líquido cuando llegan las pipas, compra garrafones y en ocasiones, recolecta un poco de agua que su vecino le regala, pero en ocasiones, sale sucia.

Aunque las pipas de agua –de particulares y algunas de Gobierno– son casi parte del paisaje de la zona, los recorridos de las llamadas “tandas” que envía la Alcaldía de Iztapalapa no son diarios, y tampoco llegan a todos lugares, principalmente a las zonas altas.

En teoría las pipas que envía la Alcaldía son gratuitas; sin embargo, quienes reparten el agua colocan cuotas mínimas de 100 pesos. En tanto que las pipas particulares, que adquieren por otro lado, llegan a costar 500 pesos.

“A veces pedimos a las pipas, y si nos dejan agua, pero solo si tenemos dinero para darles, pero si no tenemos dinero, se molestan a veces porque les damos 20 pesos. A veces duramos hasta un mes, sin agua, aunque conocemos a un muchacho que si le marcamos a veces nos trae agua, de pipa a la semana”, narra Natalia.

El agua de las pipas la usan para lavar trastes o ropa. En tanto que compran garrafones de agua para consumo, tomar, bebidas o preparar alimentos.

“Esta agua no se puede usar para trastes y ropa. Un vecino nos la pasó, y la ocupamos para el baño”, explica la mujer señalando el agua en un tambo.

Natalia confiesa que no han tomado medidas serias frente a la contingencia del Covid-19, sin embargo, destaca que para acatar las recomendaciones “no queda otra más que agarrar el agua del garrafón que compramos para tomar, pero a veces no tenemos ni para comprar agua de garrafón”, detalla.

Y agrega: “Es muy difícil, enfrentar la contingencia así”.

Brenda Giselle Rivera tiene 25 años, es madre de dos menores: una bebé de nueve meses y un niño de 5 años. Ella y su familia viven en la colonia El Triángulo, en Iztapalapa, en la parte alta del cerro de Yohualixque, al lado de una mina.

“El cuidador de la mina, que tiene un aljibe, nos hace el favor de llenar un tinaco, y unos botes de agua”, explica la joven jefa de familia.

En su casa el agua se usa minuciosamente y a conciencia. La mayoría resguardada en tinacos o en botes y se destina para aspectos básicos, como lavar, bañarse, a veces lavar algo de ropa.

Brenda platica que tiene que lavar seguido por su bebé de nueve meses y un hijo cinco años. Reutiliza lo más que puede el líquido, el agua que usó para lavar ropa o trastes, la vuelve a reutilizar para el escusado.

Para el consumo, se adquieren los garrafones. A la semana compra seis garrafones, que le duran una semana “también los uso para bañar a la bebé”.

La contingencia de COVID-19 supone para Brenda otro reto de acumular más agua, “es muy difícil estar sin agua y ahora con lo del virus es más complicado para nosotros”, dice la joven.

La Secretaría de Salud informó que hasta el día de ayer existen 251 casos confirmados de COVID-19 en México, lo que representa un aumento de 48 pacientes en las últimas 24 horas.

El número de decesos se mantiene en 2, en tanto que, hasta el momento hay 697 casos sospechosos y mil 463 descartados, informó el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía Zegarra.

Gabriela Fuentes Barrio vive en la colonia La Polvorilla, Iztapalapa, donde el agua “les llega” a veces cada tercer o cada cuatro días.

Reutilizar el agua es básico en estas colonias.

“Aparte cae muy poquita (agua) o cae en la noche o en la madrugada, y tenemos que estar llenando los tambos y botes. Ese es el problema aquí que casi no nos cae agua, y a veces viene sucia o contaminada. Tenemos que estar muy al pendiente”, platica la joven de 22 años.

La familia de Gabriela tiene bien ubicados la cantidad de agua que tienen que utilizar para su vida diaria “para el baño tengo con botecito chiquito para no gastar tanta agua, igual para lavar traste, aunque a veces, dejamos ahí los trates sucios; como no tenemos agua, o nos llega muy poca los dejamos hasta que llega el agua”, narra.

Gabriela y Brenda narraron que entre los vecinos aún han tomado medidas por el coronavirus. “Pero en el caso de mi familia, sí cambiamos algunas cosas, aunque no es frecuente lavarse las manos, pero sí nos las tratamos de lavar con el gel antibacterial, y no estar saludándonos a cada rato, que es lo que acostumbramos, y lo evitamos un poco”, narró Brenda.

La Alcaldía de Iztapalapa tiene un déficit diario de dos mil litros de agua por segundo en el caudal que recibe, de acuerdo con el análisis “La gestión del agua potable en la Ciudad de México”, que plantea que “sólo la dotan de cuatro mil cuando requiere seis mil litros diarios por segundo para poder llevar agua, en condiciones aceptables, a todos los hogares. La situación se agrava en época de estiaje, pues la escasez se incrementa, por lo que la Delegación reparte agua en pipas y por tandeo a las colonias afectadas”.

Brenda, Natalia y Gabriela pidieron a la población que sea consientes en el uso del agua “que no la desperdicien porque los que no tenemos agua, batallamos muchísimo”.

TLÁHUAC Y XOCHIMILCO, EN LAS MISMAS

Pero, el desabasto de agua no se presenta solo en Iztapalapa, otras alcaldías como Tláhuac y Xochimilco padecen la misma problemática.

La madrugada del pasado lunes, 16 de marzo, vecinos de la Alcaldía Tláhuac bloquearon la autopista México-Puebla, a la altura del Eje 10 Sur, en protesta por la falta de agua en la localidad. La manifestación terminó en una riña, debido a que elementos de la policía trataron de contener la manifestación.

Las familias resguardan el agua en tinacos o baldes.

Los colonos de Tláhuac denunciaron la falta de acción de las autoridades ante el desabasto de agua en la Alcaldía, la cual, indicaron las manifestaciones, desde hace aproximadamente un año que no cuentan con agua potable y las autoridades aún no les brindan alguna solución.

MILLONES SIN AGUA

El problema del desabasto del agua se presenta en todo el país. A nivel nacional se estima que hay entre 12.5 y 15 millones de habitantes en esta situación, es decir, el 10 por ciento de la población en México no sin acceso al agua, de acuerdo a información brindada por la Universidad Autónoma de México.

Manuel Perló Cohen, investigador y ex director del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) detalló en un boletín emitido por la UNAM que además, el 30 por ciento de la población no cuenta con la cantidad ni calidad suficiente.

El economista explicó que el consumo promedio de una persona es de 322 litros al día y que “se pierde el 40 por ciento” de agua en fugas.