Las televisoras han perdido su poder

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Las televisoras han perdido su poder

“La democratización de la fama y la credibilidad en redes sociales han cambiado por completo las reglas del juego”

1.- Tengo varios años comentando en este espacio que la telenovela ha muerto. Este tipo de entretenimiento nacido el siglo pasado y cuyo máximo esplendor se dio entre los años 70 y 80, ha dejado de ser relevante. Aunque la principal televisora de nuestro país se empeñe en seguir presentando nuevas producciones de ese estilo. Antes, si algún actor aparecía interpretando al personaje secundario de cualquier telenovela, se hacía famoso en el país entero. Y también en los países a donde vendieran esa producción

2.- En la actualidad las cosas son abrumadoramente diferentes. Tengo un buen amigo que ha interpretado personajes en unas 18 telenovelas. ¡Y ni siquiera su propia madre podría repetir de memoria la lista de nombres de todas aquellas producciones en las que su hijo ha trabajado! Es más, reto a cualquiera que esté leyendo estas líneas a que diga el nombre de una telenovela, y sus protagonistas, que esté presentándose en estos momentos. Antes hubiéramos dicho hasta la hora exacta de su transmisión.

3.- En pleno siglo XXI nuestros modos de entretenimiento nos han liberado de viejas “esclavitudes”. ¿Esperar a las cuatro de la tarde, de lunes a viernes, para ver el nuevo capítulo de la telenovela? ¡Jamás! Ahora, a la hora que me dé la gana, puedo ver uno, dos, tres o todos los capítulos de mi serie favorita, sin comerciales y en cualquier dispositivo electrónico. Además puedo escoger el tipo de series de mi preferencia y volver a ver cada capítulo cuantas veces quiera. ¡O dejar de verla después de 10 minutos, sin remordimientos!

4.- Ahora bien, no todo son series o películas en sistemas de streaming. También hay un montón –es decir, cientos y cientos– de espacios de comentarios o entrevistas dentro de YouTube que tienen millones de reproducciones diariamente. O como se les dice actualmente: contenidos. Antes había que esperar a que el antiguo dios del entretenimiento, conocido como Raúl Velasco, nos hiciera el favor de entrevistar al cantante de moda. Ahora podemos ver miles de conversaciones fascinantes en internet. 

5.- Hice esta reflexión después de toparme con las nuevas entregas de “La Cotorrisa”, el espacio en You Tube que tienen Slobotzky y Ricardo Pérez, un par de comediantes que hablan de temas generales o entrevistan a personajes que son conocidos, generalmente, dentro del mismo internet. Recientemente, cada uno de sus episodios, que ya son más de 130, tienen en promedio un millón y medio de reproducciones. Y cuando se les ocurrió invitar a Luisito Comunica, otro famosísimo “youtuber”, alcanzaron (hasta este momento) ¡2.2 millones de vistas!

6.- Este tipo de éxito no se da de la noche a la mañana, pero tampoco requiere pasar diez años “picando piedra” en montones de producciones bajo las órdenes de una poderosa televisora internacional. La democratización de la fama y la credibilidad en redes sociales han cambiado por completo las reglas del juego; esto aún y cuando muchos altos ejecutivos de la televisión nacional sigan aferrados a sus formatos antiguos, negándose a reconocer que han perdido por completo el poder de convocatoria del que antes gozaban.

7.- Volviendo a “La Cotorrisa” cuando sus conductores fueron invitados a otro canal de YouTube, específicamente “Pinky Promise” de Karla Díaz, el cual tiene en promedio unas 300 mil reproducciones por episodio, las vistas saltaron, en el capítulo específico de Slobotzky y Ricardo Pérez, a casi un millón y medio casi de inmediato. Es decir, los personajes se llevan consigo su propio prestigio y convocatoria a donde quiera que vayan. Ya no dependen de que una empresa “los haga famosos” y esto es un cambio fundamental en la cultura mundial.

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