Las tarjetas rosas: el cebo de pesca electoral versión Coahuila

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Las tarjetas rosas: el cebo de pesca electoral versión Coahuila

A propósito de los primeros 100 días de Gobierno cumplidos, el domingo anterior en este mismo espacio escribí que “Mi Monedero” y “Mi Monedero Rosa”, la principal oferta política de Miguel Riquelme como candidato de la Coalición encabezada por el PRI a Gobernador de Coahuila, habían sido letra muerta en dicho periodo.

Sin embargo el jueves pasado -o si se prefiere, el día 105 de administración- el mandatario estatal anunció que a fin de mes iniciará el empadronamiento de ciudadanos –mujeres, básicamente- con el propósito de pagarles la gratificación prometida. Casualmente, en la misma fecha que arranca la campaña electoral (30 de marzo). Eso sí, el apoyo lo cobrarían hasta después de las elecciones.

Dicho de otra forma, durante tres meses (abril, mayo y junio) habrá proselitismo y registro de beneficiarios al mismo tiempo. Experimentamos, pues, el perfeccionamiento de la coacción. El PRI-Gobierno evolucionó hacia el ideal de todo negocio: el máximo beneficio con el menor costo. En este caso la compra del voto pero sin pagar nada. Una estrategia inédita para fomentar el clientelismo. Y lo más interesante del asunto: sucede por segundo proceso electoral consecutivo en la entidad.

Era previsible que así ocurriría pues el fenómeno es consecuencia de lo resuelto por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el 24 de noviembre de 2017, a propósito de la validez de la elección de Gobernador de Coahuila, cuando indirectamente la Sala Superior autorizó el uso de “tarjetas tipo monedero” ya que “no existe prohibición legal de distribuir propaganda electoral impresa en forma de tarjetas”, como consta en la sentencia SUP-JRC-388/2017.

El 4 de junio de 2017 miles de coahuilenses votaron con la esperanza de recoger el beneficio prometido. Pasará un año y no habrán recibido nada. El 1 de julio nuevamente serán convocados a las urnas con la misma promesa. ¿Y sabe cuándo les llegará el beneficio? Nunca.

Explico por qué. A decir de Riquelme, 87 mil personas ya fueron empadronadas en la campaña, aunque 330 mil es el universo de monederos a entregar. Y un año después de su presentación en sociedad, por primera vez se atrevió a pronunciar la cifra que supone la hipotética tarjeta de cartón: “200 pesos en promedio” (VANGUARDIA, 15/03/18). No especificó si al mes o bimestrales. Suponiendo sin conceder que son mensuales, equivale a 66 millones de pesos. O 792 millones de pesos anuales.

¿Cree usted que Gobierno del Estado dispondrá esa cantidad considerando que Finanzas tuvo que pedir un préstamo de 980 millones de pesos a cuatro días de asumir la gubernatura?

Por lo demás, este año inició un programa similar en el Estado de México (2 mil 400 pesos bimestrales a través de “Familias Fuertes. Salario Rosa”) y en Chiapas (300 pesos bimestrales con “Bienestar Salario Rosa para Jefas de Familia”).

Para el Tribunal Electoral, reitero, las “tarjetas tipo monedero” son válidas “por no existir presión en el electorado ya que la propaganda denunciada contiene únicamente promesas de campaña, cuya implementación estaría sujeta a que el candidato pudiera resultar electo”, y porque “no quedó acreditada su total distribución ni la entrega de beneficios –en bienes o monetarios– que implicaran presión al electorado”.

Una burla que contrasta con la épica intervención de Ciro Murayama en la sesión del 14 de julio del Consejo General del INE: “la concatenación de promesas de apoyo, entrega de tarjetas llamadas –nada más y nada menos– ‘Monederos’, en un escenario de carencia social, a cambio de datos de los individuos que serán beneficiarios si sufragan por el partido y éste resulta ganador, da una secuencia de condicionamiento de apoyos sociales a los necesitados a cambio de su voto, no es una promesa general, legítima y válida”.

Cortita y al pie

Con datos de 2015, el INEGI estimó que el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres en el hogar equivale a 49 mil 586 pesos anuales. Es decir, 138 pesos diarios. Con “Mi Monedero RosaRiquelme ofrece 7 pesos al día. Lo que cuesta medio kilo de tortillas, para dimensionar.

La última y nos vamos

Y lo peor del caso: no atienden una necesidad en específico. Son una B. Limosna. Pero también un chantaje rosa: se solicita copia de la credencial para votar (no otro comprobante, aprovechando la ambigüedad en cuanto a documento de identificación oficial) y se pagará en efectivo para no dejar huella fiscal (se dirá, en defensa del método, que hacerlo de otra manera sería un impedimento para la cobranza por tratarse de personas en condición de pobreza).

Como acercar al pichón, encaminarlo con migas de pan, hacia la trampa. El conejo que persigue la hortaliza que tiene ante sus ojos. La técnica del garrote y la zanahoria.

En Coahuila ofrecerán 7 pesos que, en realidad, son aire. ¿No le resulta patética la forma en cómo se trata a la gente?

@luiscarlosplata