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Las raíces vivas de Rubén Darío
Cien años se cumplen hoy de la muerte de Rubén Darío, poeta cuyas letras se posicionaron rápido como una de las bases en la poética castellana y la exposición máxima del modernismo en el siglo XX.
Originario de Metapa (hoy Ciudad Darío) Nicaragua, Darío demostró desde joven una habilidad para la escritura que a los 15 años lo tenían ya trabajando como periodista, talento que más tarde depositó también en novelas y sobre todo poesía, misma que lo convirtió en el máximo representante del modernismo literario.
Este movimiento literario se caracteriza por impregnar el preciosismo en su estilo, haciendo alternancia entre el tono melancólico y la vitalidad, cuidando siempre a la perfección de las formas de la poesía con frecuencia haciendo uso de moldes métricos como el alejandrino, el dodecasílabo y el eneasílabo.
El filólogo Ángel Battistessa comentó para La Nación que aunque para la primera década del siglo XX el modernismo ya estaba en declive, la poesía de Rubén Darío se mantuvo viva por su estilo de ritmos nítidos, personal, singular, alusivo y casi musical.
Y aunque en su trabajo abordó los típicos desazones de la vida o las estaciones del año, utilizó sus poemas para declararse en contra de situaciones y figuras de su entonces mundo contemporáneo, escribiendo por ejemplo en contra de Roosevelt, Mitre y Antonio Machado.
Alberto Julián Pérez, autor de ‘La Poética de Rubén Darío’, señala que para el poeta las imágenes debían guardar la proporción de la forma para que el lector pudiese entender e imaginar el contenido, a la vez que el escritor debía manejar su historia haciéndolo evidente mediante referencia intertextual.
En torno a los 100 años de su muerte y los 149 de su nacimiento, se han llevado a cabo actividades como ofrendas florales en su monumento en Metapa, mientras la Casa de América se ‘teñirá’ de azul durante tres días.
Además Chile entregó a Nicaragua ‘El archivo de Rubén Darío en Chile’, un compendio de más de mil manuscritos que el poeta realizó durante su estancia en el primer país.
Julián Pérez señala que “para el gusto poético de hoy, centrado en la improvisación poética y el verso libre su poesía resulta sumamente compleja y erudita”, sin embargo “hoy aceptamos tanto la poesía realista como la abstracta”, añadió.
Conoce la historia de algunos artistas que inspirados en la obra de Rubén Darío encontraron guía para desarrollar sus propios trabajos.
AGUSTÍN LARA
El analista Jorge Green Huie detectó similitudes entre las poesía de Rubén Darío y las letras del cantautor mexicano Agustín Lara, por lo que realizó un estudio con distintas obras de ambos autores.
Así descubrió similitudes como el uso de recursos estilísticos de la poesía dariana, la variedad en los conceptos de las palabras cantar y volar, la simbología de los colores, el sol y los astros, las flores, metáforas sobre aristocracia e imágenes basadas en el oro, la plata, las perlas y las piedras preciosas.
Aunque Lara señaló no haber entendido nunca el modernismo, lo cierto es que su estética era poética aunque muchos la consideraban más bien decimonónica, sin embargo hay a quienes les gusta relacionar su modernismo involuntario al Azul de su canción y el Azul del libro de Rubén Darío.
LEOPOLDO LUGONES
El mismo Lugones fue en Argentina el máximo exponente de la literatura modernista, sin embargo esto no hubiera sido así sin el encuentro decisivo que tuvo con Rubén Darío en 1896 en Buenos Aires, tras el inadvertido lanzamiento de su primer poemario ‘Los Mundos’.
A partir de entonces haría ‘Las Montañas de Oro’ repleto de retoricismo, ‘Los Crepúsculos en el Jardín’ de un tono irónico y extravagante que trasladó también a su ‘Lunario Sentimental’.
En ambos libros, derrocha una atmósfera refinada y decadente, con languidez y elegancia modernistas, al que añadió un estilo original y preciso.
LUIS EDUARDO AUTE
El autor filipino habla múltiples idiomas (entre ellos el español) que entre otras cosas se ha dedicado a la música, el cine, la pintura y la poesía.
El viajar alrededor del mundo, encontró en Nicaragua a Rubén Darío quien desde entonces influiría de manera importante en su trabajo.
Aseguró que es particularmente la etapa en la que Rubén era un adolescente que escribía poesía de manera muy personal, se enganchó con su forma de entender la lírica y la musicalidad tan distinta a la española que estaba acostumbrado.
OCTAVIO PAZ
Aunque el escritor mexicano estuvo mayormente influido por el surrealismo, fue un gran devoto del modernismo americanista y las obras de Rubén Darío, que atesoraba junto a otras grandes obras de autores modernistas.
Se dice que cuando su biblioteca se quemó en diciembre de 1996, los atesorados libros de Rubén Darío fueron una pérdida dolorosa junto a volúmenes que heredó de su abuelo Irineo, tristeza que contribuyó al deterioro de su salud en el que devino su muerte en 1998.
JORGE LUIS BORGES
Le gustaba reconocerse como un discípulo de Rubén Darío. Aunque se le acusaba de no gustar de la tradición latinoamericana, el escritor aseguró que la ventaja de los latinoamericanos sobre los europeos era que podemos aceptar todas las culturas porque precisamente nuestra tración era pobre.
Esa forma de ser para Borges significaba ser hospitalarios, colocando como ejemplo directo al poeta nicaragüense.
“Rubén Darío renovó el idioma castellano leyendo a Hugo, a Verlaine, a Poe y luego trayéndonos esa música, y nadie lo considera un malhechor, él ha sido un bienhechor”, aseguró alguna vez en una entrevista.