Usted está aquí
Las perlas resucitan: manual de uso
"Sin perlas me siento desnuda", decía Coco Chanel quien adoraba estas gemas. La diseñadora las utilizó toda su vida, tras caer rendida a su belleza después de descubrir la pintura renacentista de Veronese.
A partir de ese momento, Coco Chanel enfilaba perlas blancas en collares de varias vueltas que acariciaban cuello y pecho. Tal fue su gusto por ellas, que la diseñadora también las introdujo en sus creaciones y las asentó en todas las materias desde tejidos hasta metales con los que creaba prendas y accesorios.
Aún hoy, la mítica casa francesa utiliza la perlas en sus colecciones. Bien sea en forma de broches, collares o botones, las perlas aportan luz sobre las prendas.
Una idea que también pone en valor otros diseñadores como Teresa Helbig quien, con su virtuosismo habitual, propone vestidos con collares de perlas, otros de tules con "plumeti" de terciopelo y "glitter" dorados y algunos de seda con tachuelas de perlas de cristal.
Las perlas se han hecho virales y muestra su cara más moderna en diseños que seducen a primera vista como las que adornaban las botas transparentes que presentó María Escoté en su colección de invierno.
La relación de las perlas con vestidos largos de gasa, pantalones, americanas, blusas y accesorios se fortalece y abre un nuevo campo estético con apuntes de vanguardia romántica. Así la firma Alvarno se pone romántico y propone vestidos ligeros y etéreos salpicados con esferas brillantes.
En los complementos, Gucci, casa fundada en 1921, apuesta por las perlas tanto para collares como para adornar los hombros de algunas de sus piezas, pero también se utilizaron en medias y calcetines para acariciar el empeine de zapatos de tacón con cintas en el tobillo.
CÓMO LUCIR LA PERLAS
Ya no hay excusas para lucir perlas, lo ideal es sacarlas del joyero y resucitarlas con el latido de la calle. Se imponen sobre los vaqueros y les dan un toque sofisticado. Mejor en pequeñas dosis y colocadas de forma estratégica, bien alrededor de los bolsillos delanteros, salpicando la parte delantera, en los bajos del pantalón o en los ribetes laterales.
También encuentra sitio sobre cinturones, bufandas, jerséis, camisas de denim, chaquetas americanas, botas, bolsos, carteras de mano o chales.
Desde entonces, que Coco Chanel las mostrará en todo su esplendor, muchas personas han relacionado las perlas con mujeres maduras y ricas que las conjuntaban con trajes de chaquetas, jerséis de cuello vuelto y vestidos con cuello a la caja.
Otras, han preferido no etiquetar las perla y disfrutar de su belleza. Qué levante la mano quién no tenga perlas en casa. Sí, sí, mira en el joyero y seguro que recuperas las perlas del bautismo, las de la comunión, los collares y broches de la abuela o las pulseras de mamá.
Esa forma esférica, blanca, pulida y brillante se instala también en accesorios que modifican su comportamiento clásico e invitar a olvidar la imagen de "niña bien", o "prepster", en la década de los 90 con camisa blanca, pantalón vaquero, mocasín y pendientes de perlas llevadas en solitario.
Ahora, se imponen las perlas irregulares, con formas barrocas, en joyas con acento dramático combinadas con piedras preciosas, oro, plata o latón.
Estas piezas no se pegan a la oreja como los pendientes de perlas de toda la vida, sino que se ha diseñado para lucirlos colgando del lóbulo y todos los días, no son de uso exclusivo para momentos especiales.
En Instagram se ve que las perlas se lucen a cualquier hora del día. Prendas "casual", de aire deportivos, con alpargatas, camisetas, suéter de punto o pantalones vaqueros, siempre acompañados de una melena natural o recogidos descuidados que imprimen carácter.
Esta temporada Pretty Rumour se suma a la tendencia y nos presenta una colección que combina sus emblemáticas circonitas, con el oro y las perlas.
Los collares de perlas, una pieza vintage, están de rabiosa actualidad, pero es importante combinarlos con cadenas doradas más largas, minifalda y camisetas marineras con la intención de alejarse de su imagen más conservadora.