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Las palabras de amor, mejor por el oído izquierdo
La doctora María José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL), nos habla de este órgano, que “no debe ser el gran olvidado”, y advierte: una vez que el oído pierde su capacidad “la vida pierde muchos matices, incluso oportunidades, no te llega la información, te aíslas y sufres muchísimo”. Hoy uno de su grandes enemigos es el ruido y los jóvenes pegados permanentemente a sus auriculares pueden adelantar hasta 20 años la sordera que se va adquiriendo con el paso del tiempo.
Dicen que Plinio El Viejo, un naturalista que murió víctima de su curiosidad en la erupción del Vesubio que destruyó Pompeya, relató ya en el siglo I que los pueblos que habitaban junto a las cataratas del río Nilo se quedaban sordos mucho antes como consecuencia del estruendo continuado del agua al caer.
El silencio y la tranquilidad ayudan, y mucho, a la salud de nuestros oídos , y en este sentido Lavilla advierte que el ruido se considera una enfermedad emergente de la vida moderna, que el mundo ruidoso de hoy no ayuda, y sostiene que los jóvenes que escuchan música con auriculares, a un volumen alto y de forma repetida, pueden adelantar 20 años su sordera natural. Las frecuencias más sensibles del oído son de 500 a 6.000 o 8.000 herzios, pero las personas jóvenes de hasta 25 años tienen una capacidad de oír agudos muy superior a la de las personas mayores.
Esta capacidad es tal que, según Lavilla. para dispersar reuniones, por ejemplo en centros comerciales, hay países que legalmente pueden emitir frecuencias agudas de 16 kiloherzios que los mayores no las oyen pero los jóvenes sí , y como no lo pueden soportar se tienen que ir.
”Incluso en la franja de Gaza y en la cumbre de Pittsburgh estaban preparados con unos sonidos a 160 decibelios de presión para dispersar reuniones”.
También, añade la especialista, hay un tono del teléfono, el tono mosquito que lo escuchan los chicos pero los padres y profesores no.”Luego el sonido también se puede usar como arma de control social”. Sabor de los alimentos y el hueso temporal
También el sabor de los alimentos pasa por el oído, porque la cuerda del tímpano es un nervio que está conectado con las papilas gustativas de los dos tercios anteriores de la lengua.
De tal forma que si esta cuerda se manipula en operaciones quirúgicas del oído, el paciente refiere que nota alteraciones en el sabor de los alimentos, les saben a plata y con cierto amargor.
La especialista llama la atención sobre el hueso temporal, un hueso duro:
“Estamos tan bien hechos que cuanto más grande es el tesoro que debe proteger un hueso, más duro es este hueso”. Así el hueso temporal , que es como una pirámide, protege la cóclea que es el oído interno; los órganos del equilibrio; los nervios auditivos; la cadena de huesecitos, que es una polea mecánica, que se articula como de forma mágica para amplificar el sonido; y el tímpano.