Las nuevas generaciones que elevan su voz

Usted está aquí

Las nuevas generaciones que elevan su voz

En el siglo anterior, hubo tres momentos sobresalientes para que el papel de la mujer fuese revalorado, teniendo oportunidades y posibilidades antes vetadas.

La Primera Guerra Mundial había mandado al frente de batalla a los hombres, dejando a las mujeres a cargo del hogar. Muchas se estrenaron en nuevas actividades relacionadas con la guerra, muy diferentes a las que hasta entonces desarrollaban de mayor modo: las tareas del hogar o el magisterio. Incluso, hubo mujeres que destacaron piloteando aviones y cruzando el océano, como Amelia Earhart, conocida a nivel mundial, y nuestra querida Suzanne Lou Pape, quien voló de París a Casablanca.

En México destacaron figuras como Frida Kahlo, Lupe Marín, Antonieta Rivas Mercado, Nahui Ollin (Magdalena Mondragón) Lola Álvarez Bravo, Tina Modotti. Una época en que se abrió a la luz la posibilidad de la inserción de la mujer en las muy diversas, completas y desafiantes actividades y trabajos.

María Teresa Landa, que para los años veinte se había inscrito y ganado el concurso de Miss México, lo cual podría considerarse banal, expresaba en sus declaraciones la atmósfera de libertad que vivían las mujeres y lo que soñaban.

Gabriela Cano, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, recoge el pensamiento de Landa: “Desde finales de la Gran Guerra –explicaba Miss México en entrevista– las sociedades han desechado modos de pensar anticuados y ahora reconocen que las mujeres poseen un espíritu lleno de energía”. Y agregaba: “Las mujeres que estudian son tan capaces como los hombres”.

En los años cincuenta el legado de estas mujeres era ya muy visible en las sociedades alrededor del mundo, y particularmente, también en nuestro país. Empezaron a independizarse, el sueño de aquellas de los años veinte, y su vestimenta se volvió mucho más acorde a esa buscada libertad e independencia. Hay una película mexicana, protagonizada por Ninón Sevilla, que refleja en los cincuentas cómo se marcaban distancias para poder desarrollar el papel que ya estaban seguras les correspondía en la sociedad. En un himno cantaban a voz en coro que buscaban libertad.

El filme fue visto por mujeres mexicanas que ya se estaban insertando en el mundo laboral, realizados ya sus estudios, y además en un momento en que el derecho al voto se haría válido para las mujeres en nuestro país.

Vendría pronto un tercer momento importante para la toma de conciencia de la importancia del papel de la mujer en todos los órdenes, en los años sesentas y setentas. Esta época sentó precedentes y abriría un parteaguas para las generaciones venideras.

Una característica especial de la generación de los años veinte de este siglo XXI es que está compuesta por un grupo de mujeres cada vez más jóvenes. En los grupos de protesta y de defensa de derechos se les ha visto andar junto con sus madres a jovencitas que apenas están saliendo de la niñez: adolescentes que van desde los 14 años.

Elevan la voz igual que la de generaciones anteriores y luchan por ser escuchadas. Es un momento excepcional y lleno de compromisos y de retos. Informadas, entienden que viven tiempos históricos y seguramente lograrán con su fresca presencia y el alto sonido de su voz que el mundo sea igual para unos y para otras.

El compromiso de los mayores está en darles espacios para que el camino que recorren sea seguro. Esta es una de sus exigencias, y como sociedad es uno de los grandes retos que estamos enfrentando.

Enhorabuena por estas nuevas generaciones, que de frente al sol están ofreciendo una luz de esperanza, que brillará en las que le siguen, dotando de un invaluable legado a la sociedad completa.