El actor y comediante, Ramón Valdés, miembro de una dinastía de cómicos que lograron gran éxito durante la época del Cine de Oro Mexicano, como Germán Valdés 'Tin Tan' y Manuel 'El Loco' Valdés, destacó no solo en el séptimo arte, sino en la pantalla chica.

Con el personaje de Don Ramón, Valdés logró la internacionalización de la mano de Roberto Gómez Bolaños, 'Chespirito' en el programa 'El Chavo del Ocho', estrenado en 1972.

'Monchito', como se decía él mismo en la serie, fue uno de los personajes centrales del programa junto a María Antonieta de las Nieves, Carlos Villagrán, Édgar Vivar , Angelines Fernández, y Rubén Aguirre.

'Don Ramón' es indiscutiblemente el personaje más emblemático; pues para quienes analizaron la serie, en realidad era el personaje principal, pues la mayoría de las historias giraban en torno a la figura del comediante.

'Don Ramón' es indiscutiblemente el personaje más emblemático; pues para quienes analizaron la serie, en realidad era el personaje principal, pues la mayoría de las historias giraban en torno a la figura del comediante.

Lamentablemente, cuando Florinda Meza (Doña Florinda) comenzó a influir en las decisiones de la producción del exitoso programa, Ramón Valdés muy respetuoso se puso su sombrero y no volvió. A partir de allí la vida no siguió igual para el resto del elenco.

“Sin Don Ramón, Doña Florinda se quedó sin tener a quien pegarle, la Bruja del 71 se quedó sin motivo de vivir. El Señor Barriga se quedó sin tener a quién reclamar el pago de la deuda. La Chilindrina se quedó sin papá, el Chavo sin su protector y el profesor Jirafales sin interlocutor para discutir”.

Ramón Gómez Valdés del Castillo era su verdadero nombre. Nació en la ciudad de México el 2 de septiembre de 1923 y falleció el 9 de agosto de 1988.

Después de casi 33 años de su partida, Don Ramón sigue siendo considerado como uno de los mejores comediantes de México. Incluso hasta sus frases llegaron a convertirse en slogans para la vida.

Aqui te presentamos algunas de las escenas más emblemárticas de Don Ramón, que sin duda te harán morisrte de la risa: