‘Las fronteras se evaporarán’: Marco Polo Constandse

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‘Las fronteras se evaporarán’: Marco Polo Constandse

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El director mexicano está por estrenar su segunda cinta, ‘La Boda de Valentina’ y platicó con VANGUARDIA sobre sus diversos temas

La nueva película del mexicano Marco Polo Constandse, es mucho más que una simple comedia romántica. Casi por azares del destino, se estrena en tiempos difíciles para la sociedad donde algunos de los temas que toca toman una importancia insólita. “La Boda de Valentina” cuenta sobre una mujer (Marimar Vega) comprometida con un estadounidense (Ryan Carnes), quien descubre que su familia mexicana la casó con un viejo amor (Omar Chaparro) con fines políticos, pues su padre busca una candidatura en las elecciones. El eje central de la cinta es la vida entre estos dos países, las diferencias y similitudes entre las que tiene que vivir la protagonista, lo cual es relevante por la presidencia de Donald Trump, quien ganó las elecciones justo cuando estaban filmando. Además, este 2018, México elegirá un nuevo presidente, a pesar de que la sátira política no es el tema central del filme.

El director platicó con VANGUARDIA sobre estos temas. Se trata de su segundo trabajo en dirección, luego de “Cásese Quien Pueda” (2014), que curiosamente también lidia con el matrimonio y tiene una mujer en el papel principal (Martha Higareda). Ahora le otorga su primer protagónico a Marimar Vega, en un trabajo que supuso un reto en más de un sentido.

¿De dónde nace la inquietud para contar la historia de ‘La Boda de Valentina’?
“Teníamos muchas ganas de contar una comedia romántica que más allá de que la decisión de Valentina fuera entre dos hombres, fuera entre dos mundos. Es imposible contar la historia de México sin contar la historia americana y vice-versa. Somos vecinos, seremos toda la vida y al mismo tiempo tenemos unas diferencias impresionantes, pero compartimos mucho la cultura. Para mí era muy importante plantear un Estados Unidos como el ideal al principio, que es este mundo perfecto en el que Valentina vive y de repente regresa y la tierra llama, la familia, las costumbres, el país, el ruido, la comida. Creo que somos un país muy nostálgico, cuando estamos en Estados Unidos y vas a las comunidades mexicanas, te das cuenta de cómo no soltamos. Se me hace fascinante”.

¿Cómo fue trabajar con Marimar en su primer papel protagónico?
“Para mí era muy claro que para Valentina tenía que tener una gran actriz. Que a ella te la creyeras, que tuviera la fuerza y la vulnerabilidad y fuera el personaje principal y llevara la historia sin caer en la parte cómica o en la ternura. Para mí Valentina es una cabrona, como yo creo que son las mujeres mexicanas. Lo he platicado con extranjeros, se enamoran durísimo porque son duras, saben lo que quieren y lo pelean. También se nos cruzó un tema muy difícil, que en la primera semana de rodaje murió el papá de Marimar. Eso como director te alarma muchísimo, porque la película es comedia y hay un papá y todo el tiempo tienen diálogos.

Paramos tres días por este tema y le dije ‘bueno, lo que tengas que parar’ y me dijo ‘yo el jueves estoy de vuelta, mi papá no me hubiera permitido que falte’. Impresionante su concentración, su profesionalismo, ella creció actuando. Lo hace tan natural y tan concentrada que parece que no pasó nada aquí. Creo que sí entendió que era una película muy importante para ella y así lo abordó”.

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La comedia en la cinta no es tan exagerada, ¿cómo manejaste el humor en este género tan difícil?
“Es un género dificilísimo. Yo quería jugar mucho más en un cuidado de tono. La comedia tiene miles de distintos rangos y me encantan, pero yo en esta quería jugarlo más sobrio, que la comedia estuviera más en las situaciones que tratar de hacer el chiste de los personajes. Cuando comenzamos a ensayar les platicaba, ‘yo creo que el chiste se cuenta solo y lo vamos a contar con todos los elementos, ninguno de ustedes quiero que sea payaso, que ninguno crea que el chiste se cae’. Incluso desde la decisión del elenco.

Cuando escojo a Omar, mucha gente pensaba que íbamos a hacer mucha más comedia o que íbamos a explotar esa comedia de Omar, y a mí él se me hace un actor padrísimo. En los castings tiene un timing y una concentración… y para mí era por ahí. A mí como director lo que más me gusta es cuidar el tono. Hay cosas que salen a la primera o a la segunda, pero me gusta mucho cuidar eso y espero que conecte. Pero yo creo que al público le encanta tener variedad, no creo que decidan que si no es comedia de tropezón, pastelazo, no le guste. Yo apuesto mucho en el diálogo que hoy se tiene con el público, porque ven una cantidad de cosas con la apertura de Netflix, HBO, tele, cable y la cantidad de películas, que tienen una cultura mucho más grande de cine y comedia”.

La película llega en un momento en que la relación entre México y Estados Unidos es complicada. ¿Cómo crees que se puede percibir tu cinta en este contexto?
“Sí, en efecto. Durante el rodaje, el día que estuvimos filmando el hangar, fue el día que ganó las elecciones Trump, entonces sabíamos que íbamos a meternos en un mundo complejo. No cambia el mundo, lo que pasa es que ahora hay un personaje que habla horrible de México. La relación ha sido tensa, ha sido buena en muchos casos y tensa en otros. No creo que nosotros contamos nada nuevo, nada más que el momento y las voces que hoy existen son más agudas. Yo creo que eso a la película no le afecta, ni para bien ni para mal. Puede haber ciertos chistes un poco mejores ahora, la figura de Trump la metí en una escena de migración, es un guiño ahí, una burla de la locura que estás manejando allá, cuando somos uno. Las fronteras se van a seguir evaporando con el tiempo. No puedes contar la historia americana sin la historia de México, ni vice-versa. Yo creo que nos conocemos y también tenemos la capacidad de reírnos de lo cuadrados que llegan a ser y ellos de lo poco cuadrados que somos”.

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¿Cómo crees que afecte Trump este tipo de cintas mexicanas, en dos idiomas y que se estrenan en ambos países?
“Creo que la película va a funcionar muy bien allá. Le damos una voz muy linda a México y los americanos, la gran mayoría, van a disfrutar mucho de eso, porque la gran mayoría de los americanos no piensan como Trump. Hay un amor hacia México y un respeto, es natural, pues es una cultura increíble, tenemos un sentido del humor increíble. También el público mexicano allá o latino. Retratamos un México muy sabroso, travieso, como somos. Se hizo un trabajo muy consciente de tratar de retratar la Ciudad de México con estas cosas que tenemos, que es una gran ciudad, es enorme. Sí somos ruidosos, sí bailamos, tomamos y gozamos, sí hay juegos de palabras, de cultura. Para el público de allá le va a crear una nostalgia bonita”.

La película también hace un poco de sátira política. ¿Cómo crees que se vea eso en el año electoral?
“Yo creo que cuando haces comedia tienes la obligación de ser fresco y ser actual. Aunque la película para mí no trata de eso, nada más es como el canvas donde está la familia de Valentina. No puedes no hablar de eso. Tú no te sientas hoy en México, en una comida y no sale algún tema de política. Es parte de la vida de cualquier ciudadano de cualquier país. En la nuestra lo que pasa es que es mucho más ruidosa y más tragicomedia. No hay forma de no hacer comedia de la política en México. Te lo regalan. Cuando estábamos escribiendo el guion era muy chistoso, porque sabíamos que no queríamos hacer una película de denuncia, ni mucho menos, pero alejarnos de eso era muy difícil, porque constantemente el país te gana. Cosas que teníamos en el guion sucedían y decíamos ‘bueno, no queremos hacer un caso de esto’, y ya salía una cosa, y salía otra cosa y salía otra cosa. Teníamos toda una secuencia donde se mudaban a una casa enorme y salió lo de la Casa Blanca y decíamos ‘¡no!’ Porque te va ganando, la política en México le gana a la ficción. Te digo, es imposible para nosotros no tocarlo, no contarlo. Creo que lo contamos de una forma donde nos reímos de cómo son. Son parte nuestra y nosotros somos parte de ellos. Yo tengo un punto muy claro sobre la política, nos quejamos como si fueran extraterrestres que llegaron y no. La verdad es que somos todos, somos parte de”.