Las cuadrillas de trabajadores de limpieza en la ciudad

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Las cuadrillas de trabajadores de limpieza en la ciudad

Capturan la atención. Su jornada debió de comenzar temprano por la tarde, o muy temprano en la mañana, pero llevan ya por lo menos unas tres o cuatro horas en ella. Atraviesan la ciudad organizados en cuadrillas y su tarea es una muy importante para sus habitantes. Son los hombres dedicados a la recoger la basura dejada en las afueras de los hogares, las oficinas públicas, las instituciones educativas y hospitalarias. Depositarla en los camiones y dejar limpias y ordenadas las calles.

Es una tarde de miércoles y suben y bajan del camión recolector con enorme agilidad. Recogen los botes y las bolsas de basura y se trepan de nuevo. Cruzamos las miradas. Sorpresa en unos ojos; y en otros cierto desenfado y cansancio. No es tarea sencilla, es un constante subir y bajar del camión. Ir a la par de él, en un constante recoger y dejar vacíos los contenedores.

Más larga se hace la jornada por el tipo de actividad que realizan, por el contacto que tienen con los desechos. Pero no olvidan de sonreír. Detrás de sus mascarillas, despiertas están las miradas, chispeantes e incluso bromistas. Les veo partir, luego de ese trajinar incesante, protegidas sus manos con guantes. Está cayendo la tarde. El bote de agua que llevan entre sus ropas sale a relucir. La jornada continúa. No se detiene en esta colonia: seguirá en las aledañas y ha sido precedida de otra más en las colonias cercanas. Así, el agua, para calmar en algo la sed que llega en uno de esos días calurosos de que fuimos acometidos la semana anterior.

Horas y horas bajo un inclemente sol, trabajan con el cubrebocas. Fuerza, entusiasmo y mucho trabajo se necesita para estar esas horas en los mismos días calurosos. “Este trabajo lo hacen por servicio, no por dinero, estoy seguro”, escucho a alguien cercano decir. La semana en la que hoy estamos ya inscritos se ha apaciguado en algo el calor. Y eso favorecerá una jornada con al menos mejores condiciones del clima.

Los hombres y mujeres recolectores de basura viven jornadas de intensa actividad y hacen muy grandes cosas en la ciudad que atravesamos todos los días, en la que vivimos igualmente y transitamos cotidianamente.

Su trabajo, al igual que ocurre con cualesquiera de otras actividades laborales, es sumamente valioso. Valorarlo y entender sus procesos debe estar presente entre quienes tienen bajo su responsabilidad la supervisión de sus tareas.

El contacto con los residuos de una ciudad de manera tan directa debe tener, es lo ideal, la mayor de las seguridades posibles. Y sería muy bueno que se pensara, se reflexionara, se tomaran decisiones en relación a la manera en que se manejen los residuos en general. Si las autoridades correspondientes aplican una estrategia efectiva para la correcta separación de los residuos, así como el resguardo de estos mismos, se estaría avanzando de manera importante en la protección de aquellos que todos los días pasan frente a nuestros hogares, oficinas, trabajos, hospitales, restaurantes, centros educativos, a recolectar la basura.

Tienen ante sí tareas de mucho esfuerzo físico y deben ser reconocidos en nuestra ciudad por los propios ciudadanos. Primero respetando una labor que es tan importante para cada uno de nosotros como habitantes. Ese respeto implica el mejor manejo de los residuos, en aras de la protección personal de todos aquellos que tienen una carga de trabajo tan fuerte y útil.

Ojalá que pronto se legisle en relación a la correcta separación de residuos. Si se han atravesado momentos tan difíciles como el que la pandemia nos ha traído, es posible considerar que la sociedad puede avanzar en temas con grado de madurez para organizarse en asuntos de esta naturaleza inscritos en la seguridad sanitaria que tanto nos ha ocupado.