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Las claves para entender la amenaza de ataque de EU sobre Siria
Donald Trump siempre se ha jactado de ser un hombre de negocios con visión y capacidad estratégica. Una "pantera", dijo de sí mismo, que vigila, estudia y decide sin sombra de duda. Eso era en sus tiempos de candidato a la Casa Blanca. Hoy, como presidente de Estados Unidos, es capaz de dar un paso adelante y dos atrás, decir una cosa y la contraria, apostar y retirar el envite en unas horas. La materia en la que ahora no se sabe bien qué quiere es dolorosamente delicada: se llama Siria.
El miércoles, el republicano aseguró que era inminente una represalia militar de Washington contra el régimen de Bachar El Assad, como castigo al ataque con supuestas armas químicas del pasado sábado en Duma, último enclave rebelde en la periferia de Damasco, y que se saldó con decenas de muertos y centenares de intoxicados. Pero hoy, más opaco, ha dicho que el ataque no tiene por qué ser para ya. "Nunca dije cuándo tendría lugar un ataque en Siria. ¡Podría ser muy pronto o no tan pronto en absoluto!", ha escrito en Twitter.
¿Habrá ataque, entonces? ¿Y cuándo? ¿Quién se enfrenta a quién? ¿Qué antecedentes hay? A continuación tratamos de explicarte cómo hemos llegado hasta aquí y lo que puede pasar en las próximas horas.
La "línea roja"
Ya desde el inicio de la guerra de Siria, hace siete años, Estados Unidos dejó claro que Assad tenía una "línea roja" que no podía cruzar si no quería tener encima al Ejército más poderoso del mundo, y esa línea era el uso de armas químicas contra civiles.
El 23 de julio de 2012, el régimen sirio admitió por primera vez que poseía un arsenal con armas de este tipo, ilegales, y amenazó con utilizarlas en el caso de que se produjera una intervención militar occidental, pero no contra su población, matizó. El entonces presidente estadounidense, Barack Obama, dio el primer toque (verbal).
La primera prueba de fuego para esta advertencia llegó el 21 de agosto de 2013 cuando se produjo el que es, hasta hoy, el más mortífero ataque con armas químicas perpetrado por el Ejército de Assad durante la contienda, el peor del mundo en 30 años: sus fuerzas armadas atacaron en Guta oriental y en Muadamiyat al Sham, dos suburbios de la capital damasquina que estaban en manos de los rebeldes. La oposición acusó al Gobierno, que desmintió tajante el uso de gases. El resultado: más de 1.400 muertos, según datos de los opositores y de la Inteligencia de Estados Unidos.
¿Atacó Obama? No, pese a lo prometido. El llamado "intervencionismo humanitario" de Washington quedó aparcado y hubo un repliegue en las amenazas y en los movimientos de buques y tropas que calentaron el Mediterráneo oriental en esos días. Estados Unidos siempre defendió la "obligación moral" de golpear en un supuesto como este, pero triunfó al final la política no intervencionista del demócrata y la promesa arrancada a Assad: que iba a destruir su arsenal químico. Un proceso internacional, coordinado por Naciones Unidas, puso en marcha esa liquidación. A la luz de los acontecimientos denunciados por los opositores al régimen y por la ONU, sin embargo, parece que Siria no hizo una limpia completa.
Hasta hoy, Estados Unidos no ha atacado a Siria por nuevos bombardeos con armas químicas conocidos de forma recurrente. Sí que lidera una coalición internacional que lucha sobre el terreno contra el Estado Islámico, asentado fuertemente en Siria, pero sin atacar intereses del régimen.
El nuevo detonante
La Asociación Médica Sirio-Americana (Sams) y la Defensa Civil Siria informaron el domingo de que poco antes de las 20:00 horas del sábado (hora local, una hora menos en la España peninsular) cientos de personas con síntomas de haber estado expuestas a un gas nervioso fueron llevadas a los hospitales en Duma. "Presentaban problemas respiratorios, cianosis central (piel o labios azules), excesiva espuma bucal, quemaduras en la córnea y la emisión de olor a cloro", aseguraron estas fuentes, añadiendo que los afectados también sufrieron de problemas cardíacos. Según el Centro de Documentación de Violaciones (VDC), organización que registra la vulneración de derechos internacionales en Siria, el sábado se reportaron dos bombardeos provenientes de aviones de la Fuerza Aérea Siria, tras los que el olor a cloro era "claro". La ONG Cascos Blancos publicó en Twitter que un helicóptero había lanzado un barril con químicos sobre la ciudad.