Las audiencias en la cuarentena
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Las audiencias en la cuarentena
Hubo una época que ahora, en medio del encierro, parece muy lejana. Una en la que la vida fuera de casa no estaba restringida y la actividad urbana funcionaba con “normalidad” —ignorando de momento los detalles de la realidad contemporánea—. Entonces la cultura que se hacía en recintos y museos, al menos en lo que respecta a Saltillo, era consumida por un sector un tanto específico de la población, público constante y seguro.
Cada inauguración de una exposición, ya fuera en Casa Purcell, el Teatro García Carrillo o algún otro punto del Centro Histórico, podía esperar una asistencia de 50 a 80 personas, la mayoría amigos, colegas y conocidos del artista expositor, así como las autoridades de cultura o dueños del recinto, público base sobre el cual se sumarían los que visitaran el lugar las siguientes semanas.
El Museo de las Artes Gráficas reportó desde su inauguración en 2012 hasta el 2017 una asistencia de 87 mil 870 personas, en un incremento anual de público con este último registrando 16 mil 742 visitantes, el más alto de todos los años, número que probablemente ha continuado en aumento los pasados dos años, lo que dejaría al MAG con una actividad aproximada de mil visitas por mes. En ese mismo año, el 2017, en comparación, el Museo del Desierto, uno de los más grandes y destacados a nivel internacional de la ciudad, registró 300 mil visitas.
En el área musical la Orquesta Filarmónica del Desierto suele ocupar, en sus conciertos de temporada, entre el 40 y el 70 por ciento de su principal sede, el Teatro de la Ciudad Fernando Soler, que cuenta con una capacidad de mil 143 localidades, mientras que el gremio actoral local se concentra en teatros de cámara que no superan las 100 butacas, aunque considerando las producciones exitosas y de mayor duración, con llenos en casi todas sus funciones —usualmente entre 10 y 15 fechas— podríamos hablar de una asistencia de no más de mil 500 personas por temporada.
La danza se cuece aparte, pues aunque su convocatoria es multitudinaria no tiene presencia más que un par de veces por año; en el fondo está la literatura, que desafortunadamente es la que menos público atrae, pues incluso en las presentaciones de libros, charlas y conferencias que se llevan a cabo durante la Feria Internacional del Libro de Coahuila muy pocas de estas superan los 20 asistentes.
Ahora la cuarentena canceló todo y la gran mayoría de los artistas se mudaron a las redes sociales pero, ¿se mudaron con ellos sus audiencias?
Esta “mudanza”, más que una migración hecha a conciencia fue una traslación de lo que ya se hacía en físico a un formato en línea, que ha ignorado la manera como se consume en redes sociales.
Ya lo identificaron algunos autores que han escrito cómo en el ámbito educativo han querido simplemente replicar la experiencia del aula, ignorando que se está trabajando en un territorio virtual cuyas virtudes y herramientas no se están explotando como deberían.
La Secretaría de Cultura del Estado de Coahuila ha sido la que más actividades ha propuesto en estas semanas, pero cuando uno creería que por estar en el internet y al alcance de muchísimas personas incrementaría exponencialmente la cantidad de público no es así; los números se mantienen similares a los antes expuestos, con la OFDC generando la mayor cantidad de vistas y likes, seguidos de cerca por el teatro, la danza y las artes plásticas, con la literatura, nuevamente, entre las que menos llama la atención —¡oh, México tan lector!— aunque destaca el caso de las transmisiones en vivo conducidas por José Cruz Almonte “Pepe Tachas”, que superan a veces las dos mil reproducciones, lo cual tampoco es indicador de que sea consumido más que un par de segundos, pero sí revela algunos puntos de partida para comenzar a aprovechar mejor las redes.
La cuarentena apenas empieza y lo que hagamos en ella nos acompañará una vez que termine, por lo que hay que comenzar a observar, familiarizarnos y sacarle todo el jugo a una herramienta con la que tenemos años conviviendo, pero que hasta ahora se convirtió en algo verdaderamente fundamental para la difusión de la cultura y las artes y la generación de nuevas audiencias.