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Lapislázuli, importante fuente de ingresos de los talibanes
La explotación ilegal de las ricas minas de lapislázuli en Afganistán se está convirtiendo en una importante fuente de financiación de los extremistas en Afganistán, advirtió la organización defensora de los derechos humanos Global Witness en un informe presentado hoy.
"Los talibanes y otros grupos armados ganan anualmente hasta 20 millones de dólares (unos 17 millones de euros) con las minas de ese mineral", especialmente en la convulsa provincia de Badajshán, en el norte del país, advirtió la organización.
Los combates entre los talibanes, los señores de la guerra locales y el Gobierno afgano por las minas desestabilizaron fuertemente la región del norte donde antes imperaba la paz; por ello, la organización declaró al lapislázuli un "mineral de conflicto".
Los minerales clasificados como tal -como el zinc, el tántalo, los diamantes, el volframio o el oro- son aquellos que proceden de países políticamente inestables cuya explotación suele verse acompañada de violaciones de los derechos humanos y que además ayudan a financiar guerras en todo el mundo.
Informe de Global Witness Report
Por eso su explotación requiere leyes o normativas que eviten el comercio internacional con esas materias primas.
Las montañas de la provincia de Badajshán son la principal fuente de lapislázuli del mundo. Su explotación debe constituir una "fuente de medios para prestar servicios públicos como seguridad, sanidad o educación", dijo el encargado para Afganistán de Global Witness, Stephen Carter.
En lugar de ello, impulsan la "insurgencia y minan la esperanza de lograr la estabilidad en Afganistán", añadió.
El Gobierno de Afganistán debe restablecer urgentemente el estado de derecho en la zona para que ese recurso natural sirva a pueblo al que pertenece.
Por ejemplo en el distrito de Kuran Wa Munjan de Badajshán, las minas están controladas por Haji Malik, un líder local que comanda también la fuerza de la policía del lugar. "Malik comparte el beneficio en un 50-50 con los talibanes para conseguir el transporte seguro de las piedras", dijo a dpa Ahmad Javid Mujaddadi, miembro del consejo provincial.
Kabul ha prohibido la extracción no autorizada y transporte de las piedras, pero Malik utiliza sus conexiones con los insurgentes para conseguir su traslado al distrito de Chatral, en Pakistán, fronterizo con Kuran Wa Munjan.
Si Kabul y la comunidad internacional no logran afrontar el problema pronto, la riqueza derivada de las minas podría desestabilizar la región, advierte Global Witness.