WASHINGTON, EU.- El Buró Federal de Investigaciones (FBI) ya había advertido en los últimos meses que el “extremismo violento doméstico” estaba ganando terreno en Estados Unidos y convirtiéndose en una amenaza similar al terrorismo practicado por extranjeros.

Semanas antes de que hombres jóvenes, blancos, armados y solitarios cometieran multihomicidios en tres ciudades estadounidenses de California, Texas y Ohio, el director del FBI, Christopher Wray, hizo sonar la alarma.

La advertencia era que el extremismo violento doméstico, impulsado por la tensión racial, el antisemitismo y la islamofobia, representa en este momento un riesgo casi a la par con el terrorismo internacional.

“El FBI está más preocupado por los ataques de delincuentes solitarios, principalmente tiroteos, ya que han servido como el modo letal dominante para los ataques extremistas violentos domésticos”, dijo Wray a un panel del Senado, el pasado 23 de julio.

LOS OBJETIVOS

Incluso, Wray detalló los “blancos” de los ataques de los extremistas estadounidenses: minorías raciales y hasta el mismo gobierno de Estados Unidos.

“Anticipamos que la aplicación de la ley, las minorías raciales y el gobierno de los Estados Unidos seguirán siendo objetivos importantes para muchos extremistas violentos domésticos”, informó el director del FBI a los senadores.

“La lucha contra el terrorismo ya es una prioridad, creo que debería incluirse una firme oposición al terrorismo blanco”, escribió en su cuenta de Twitter el político George P. Bush, sobrino del expresidente George W. Bush y Comisionado de la Oficina General de Tierras de Texas.