Piedras Negras. -Desde el día en que sucedió el accidente de la mina de carbón en la congregación de Rancherías perteneciente a Muzquiz, el obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alonso Garza Treviño ha estado acompañando a los familiares de las siete personas que quedaron atrapadas percatándose de dos realidades muy tristes.

La primera de estas es el momento tan difícil por el cual atraviesan los familiares quienes pasan por un sufrimiento al tener pocas esperanzas de encontrar con vida a sus seres querido, por lo cual no queda más que orar por todos ellos y ser solidarios en tan complicada situación.

Por otra parte, criticó fuertemente las terribles condiciones en las cuales en estos tiempos continúan operando algunas minas, como esta donde ocurrió el lamentable accidente, señalando que no todas ya que conoce de empresas que sí cuentan con todas las medidas de seguridad.

El obispo indicó que esperaba que con los accidentes que han ocurrido en esta región cambiarán las condiciones de trabajo, pero desafortunadamente no se ha aprendido nada del pasado.

Finalmente resaltó la labor de los trabajadores que pese a estas inconsistencias acuden a realizar su labor, en esta parte del estado que es de las más afectadas por las oportunidades de empleo siendo prácticamente la única alternativa para subsistir.