Mala suerte tuvieron dos samaritanos que pecaron de inocentes, pues dejaron sus autos estacionados con todas sus pertenencias dentro, sin esperar nunca que el hampa fuera a dañar sus vehículos para robarles. 

El primero de los hechos ocurrió cerca de las 07:00 horas de ayer, cuando un hombre salió de su casa para ir al trabajo, dándose cuenta que su vehículo había sido abierto durante el transcurso de la madrugada. 

Llamó a los números de emergencia del 911 y la Policía Municipal acudió sólo para tomar conocimiento de la desaparición del amplificador y del estéreo del mueble, pero sin poder hacer más para atrapar al sospechoso. 

Por otro lado, cerca de las 23:30 horas del pasado miércoles, le repitieron la dosis a un joven que estacionó cerca de un establecimiento nocturno donde pasaría la velada con sus amigos, informaron las autoridades. 

Las patrullas acudieron hasta el bulevar José Musa de León y Manuel Pérez Treviño, del Residencial Los Pinos, donde tomaron conocimiento del cristalazo que sufrió el vehículo de una persona mientras estaba cenando. 

A la víctima la despojaron de un scanner, una computadora, el estéreo, las bocinas y amplificadores y hasta de varios dólares, pero nada pudieron hacer las autoridades municipales para capturar a los responsables.