En todo proyecto, tu cuerpo técnico, sin duda, representa tu prolongamiento. Este deberá ser multidisciplinar (no tienes que saber todo y tanto como cada uno de ellos, pero uno debe tener el conocimiento de tu gente), darles liderazgo y las tareas que deben perfeccionar.

Las reuniones con ellos, previo y posterior a los partidos y entrenamientos, son determinantes.

Todo club tiene un área de inteligencia deportiva o de scouting. Esta área cubre al primer equipo y a las Fuerzas Básicas. Analizan a los rivales, realizan el análisis de los jugadores y organizan la base de datos.

Aquí lo importante es generar un “idioma común”. No te olvides que serán “tus ojos” en las canchas y en el mundo, y son quienes te presentan la información para que la puedas utilizar en los entrenamientos y estrategias. 

Un dato: el metodólogo de nuestro equipo necesitó más de 5 años de práctica para ver rivales y afinar el procesamiento de la información.

Por otra parte, el cuerpo médico y el departamento de ciencias aplicadas al deporte es un área con la que vas a trabajar a diario, y es por eso que deberían conocer tu metodología en profundidad. 

Sin ese conocimiento, será una relación vacía. Conocer y creer, te hace sentir alguien importante en el proceso y eso aporta y mucho al desarrollo. 

El monitoreo (GPS, FC, CPK, subjetividades, distancias, velocidades e impactos, impulso de entrenamiento…) es fundamental hacerlo día con día, pero siempre de acuerdo con tu metodología: periodización táctica (principios tácticos en régimen de duración-tensión-velocidad).

Después otro detalle: de acuerdo a su filosofía, todos los clubes deben de contener una comunicación hacia adentro y hacia fuera coherente. Aquí, la relación del técnico con los responsables de los medios del club (tu asesor de prensa) debe de ser muy próxima y transparente. 

En el mundo de hoy, la imagen y la comunicación son determinantes y es junto a estos profesionales que se coordina y planifica la “palabra” del club a una sola voz. 

Además, como lo más importante en las estructuras son las relaciones humanas, se vuelve fundamental tener una relación cordial con las personas de todos los niveles. Los utileros son determinantes en la armonía del vestidor, en el conocimiento de las sesiones de entrenamiento (antes, durante y después). 

El proyecto también incluye hasta los jardineros, quienes deben percibir que el futbol de hoy requiere canchas con el césped corto y húmedo, ya sea para los entrenamientos y partidos.

Por su parte, los jóvenes son el futuro y es por eso que las Fuerzas Básicas deben de ser miradas como una de las áreas vitales del club. La visión deberá ser la misma, en términos metodológicos, desde los Sub-15 al primer equipo.

La capacitación con libertad en la creatividad de los técnicos de las categorías menores es también la responsabilidad de uno como entrenador principal. Prepararlos a ellos para que los jóvenes lleguen de la mejor manera a tus manos. 

Desde los Sub-15 debemos identificar a los jugadores con el potencial para llegar al primer equipo y prepararlos a nivel académico, social, psicológico y futbolísticamente hablando.
Para el final dejo lo más importantes, a los actores de este juego: ¡los jugadores!

Si lo que estaremos permanentemente buscando es la mejor versión individual y colectiva del futbolista, lo debemos trabajar desde el primer día. Todo es negociable con ellos y nuestro es lema es: “máxima libertad, máxima responsabilidad” (si jugamos de local no los concentramos). 

Conocer al detalle al jugador es la clave, motivarlos para todas las batallas, meterles en la cabeza que ganar es el único y lo más importantes y que todos son importantes en el proceso. Convencerlos que el entrenamiento y pensar en el juego las 24 horas son tareas fundamentales.