La verdad vs. the truth

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La verdad vs. the truth

Vivimos rodeados de medias verdades y mentiras completas. Con frecuencia nos es imposible determinar qué es o quién dice la verdad. Cualquier teoría o versión, por más extrema que sea, es capaz de sembrar la duda sobre su veracidad y, por lo tanto, no ser desmentida. La polarización hace que quienes procuramos estar en el centro de cualquier debate o postura ideológica o política estemos constantemente luchando por discriminar entre lo cierto y lo falso entre tanto humo que generan los extremos en cualquier tema.

Así llegó esta semana el presidente a decirle a su país, en cadena nacional y en un tono y semblante serio, como lo ameritaba la ocasión: “Ustedes me han escuchado decir que la caminata más larga que cualquier padre o madre de familia puede llegar a hacer es aquella hacia el cuarto de su hijo para decirle que ha perdido su trabajo. Muchos de ustedes han tenido que hacer esa caminata. Perdieron su trabajo. Cerraron su negocio. Enfrentaron evicción, falta de un techo, hambre, pérdida de control y, probablemente lo peor de todo, la pérdida de la esperanza. Ver a una generación de niños retrasarse un año o más porque no han estado en su escuela. Son los detalles de la vida los que más importan y nos hemos perdido esos detalles. Los grandes detalles y los pequeños momentos. Bodas, cumpleaños, graduaciones... todas las cosas que tenían que pasar, pero no sucedieron. Una primera cita. Las reuniones familiares. A muchos nos ha traído un terrible costo psicológico, ya que somos fundamentalmente un pueblo que quiere estar con otros, hablar, reír, abrazarnos unos a otros. Pero el virus nos ha mantenido separados. Los abuelos no han visto a sus hijos o nietos. Los padres no han visto a sus hijos. Los niños no han visto a sus amigos. Las cosas que acostumbrábamos a hacer y nos llenaban de felicidad se han convertido en cosas que ya no podemos hacer y nos rompen el corazón...

“Sabemos qué es lo que se necesita para vencer a este virus: decir la verdad. Seguir a la ciencia y a los científicos. Trabajar juntos. Confiar y tener fe de que nuestro gobierno cumplirá su función más importante, que es proteger a su gente, no hay función más importante... El año pasado durante el verano, conocí a una empresaria PYME a quien le pregunté qué era lo que más necesitaba y nunca olvidaré que me respondió viéndome a los ojos: ‘yo sólo quiero la verdad. Solo dígame la verdad’... A ustedes, ciudadanos, se les debe nada menos que la verdad. Y para todos aquellos que me preguntan cuándo volverán las cosas a la normalidad, aquí les digo la verdad: la única forma de recuperar nuestras vidas, de volver a encarrilar nuestra economía, es vencer al virus. Y por eso estoy usando todo el poder que tengo como presidente para cumplir con ese objetivo... La lucha está lejos de haber terminado... Hemos perdido mucho durante el último año. Perdimos amigos y familiares. Perdimos negocios y sueños que construimos durante años. Perdimos tiempo, tiempo unos con otros. Y nuestros hijos han perdido demasiado tiempo con sus amigos, con sus escuelas. Pero hay algo más que habíamos perdido, la fe de que nuestro gobierno y nuestra democracia pueden lograr dar resultados en cosas difíciles para su pueblo”.- Joe Biden.

Las comparaciones son a veces odiosas, pero casi siempre necesarias. Por eso es difícil comprender que el mismo día en que el presidente Biden pronunció ese discurso (el primero en 50 días) de 10 minutos, el presidente López Obrador dio otra más de sus conferencias mañaneras, de dos horas, en la que destacó que “el plan de vacunación está funcionando bien”. Con pañuelo blanco en mano, dijo que “vamos bien y avanzando bastante. No hay corrupción, aunque les de coraje a los conservas”. Señaló que los tecnócratas estarían cobrando las vacunas, “ya se hubiesen vacunado todos los de arriba y se hubiese dejado al pueblo en estado de indefensión”. Sabemos que con frecuencia el Presidente mexicano reniega de datos que no pintan la versión de País que él tiene en su mente. De ahí surge la famosa frase de “yo tengo otros datos”. Es una constante batalla por editorializar incluso lo que datos numéricos duros significan o representan. Es claramente una batalla constante por definir lo que es y lo que no es verdad. Me pregunto qué pensará AMLO de un discurso como el de Biden. Biden tiene mucho que demostrar todavía. Tiene la gran ventaja de que su antecesor era exagerado y antipático. Pero en teoría AMLO también tenía a su favor que era sencillo no ser tan malo como los de antes, y hasta ahora ha salido a deber. Su versión de la verdad no se refleja en un mejor país. Un buen primer paso sería reconocer que la gente quiere la verdad, también en México.