Los candidatos, como muchos de nosotros, se toman selfies que muestran su mejor rostro, su mejor momento y ocultan cualquier defecto de personalidad. Luego exhiben esas fotos en anuncios gigantescos.

Del tamaño del anuncio es el tamaño de la ambición, del ego.

La palabra selfie no tiene traducción al español. Lo más cercano que tenemos es “sí mismo” o “yo mismo.” Entonces “El narcisista no esconde sus fallas de sí mismo, sino se persuade a sí mismo que dichas deficiencias pasan desapercibidas a los demás.”

Las selfies son falsas, muestran solo un lado amable, cálido y feliz. Son la primera mentira que un político pretende hacer creer a los ciudadanos.

“La mayoría de los políticos evitan las mentiras directas, a menudo ofrecen versiones incompletas o parciales de la verdad. Pueden practicar algo que podría llamarse suspensión de la incredulidad, cuando afirman con aparente sinceridad que han olvidado declaraciones o acciones anteriores que contradicen la política o la imagen que en adelante quieren proyectar.

Donald Trump parece haber alcanzado un estado zen único en el que las divagaciones que se inventa al tuntún constituyen la verdad, y la auténtica verdad es una sarta de mentiras inventadas por los pigmeos que se oponen a él. Y es verdad que empresas e instituciones esconden y tergiversan algunas cosas.” 

La ciudadanía le ha perdido la confianza a los políticos y gobernantes: la regla de piensa mal y acertarás o todo lo que digas será al revés, resulta acertada en la mayoría de los casos.

Las “Fake news” hacen que uno ya no sepa en qué creer. La realidad se distorsiona y la verdad queda eclipsada.

El instinto periodístico de sospechar, desconfiar e investigar es necesario. La verdad está oculta. “Las personas se engañan a sí mismas y entre ellas. Quien busca la verdad debe desarrollar una manera de interpretar, y así atravesar, las capas de engaño.
La relevancia para el buen periodismo es evidente. ¿Qué es una noticia? Una noticia es algo que alguien, en alguna parte, no quiere que escribas. Pregúntate por qué este político te está dando esta “noticia” en este momento. Explora su motivación, escarba más hondo, mira debajo de las palabras.”

Ese método aplicable al periodismo es útil para que un votante elija mejor. El escepticismo, la sospecha esta incrustada en algunos sectores de la sociedad y la opinión pública: En 1993, el escritor David Foster Wallace diagnosticó que nuestra cultura estaba empapada de sarcasmo, cinismo, un hastío frenético, la sospecha hacia toda autoridad, la sospecha hacia toda limitación de la conducta y una afición terrible a los diagnósticos irónicos de lo desagradable en vez de la ambición no de diagnosticar y ridiculizar sino de redimir [..]

Se ha convertido en nuestro lenguaje; estamos tan metidos en él que ni siquiera vemos que se trata de una perspectiva, uno más entre otros muchos puntos de vista posibles.” Ante la manipulación política y mediática y el uso desvirtuado del lenguaje político, encontrar la verdad, reflexionar y ahondar, se convierte en una prioridad para decidir mejor el rumbo de nuestro país, estado y ciudad.