La ventana a la desinformación

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La ventana a la desinformación

En tiempos en que estamos a un click de enterarnos de un panorama mundial de sucesos, resulta de vital importancia reflexionar sobre aquello que recibimos de las fuentes, en un ejercicio lógico y de sentido común, tan ajeno y olvidado.

La desinformación va ganando terreno en los medios electrónicos y es utilizada para todos los fines, desde la difamación individual, pasando por la propaganda política y llegando al colapso económico de empresas, que dependen del prestigio ganado para vender sus productos.

La versión más clara de que existe un universo en el que la mentira se impone a la verdad es el de las redes sociales, como lo demuestra un estudio sobre la distribución de noticias en Twitter, independientemente de que sean ciertas o falsas.

Resulta que un grupo de académicos del Laboratorio de Medios (Media Lab), del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), analizó más de 4.5 millones de tuits y retuits publicados en un lapso de 11 años, y su principal hallazgo es que los usuarios tienden a diseminar la información falsa o inexacta con mayor velocidad que las historias verdaderas.

El equipo analizó la manera en que los rumores se distribuyen por parte de los usuarios en Twitter. Su muestra consistió en 126 mil tuits con lo que ellos etiquetaron como “rumores”.

El MIT denomina al fenómeno de la difusión de noticias desde su primer generador de un tuit a sus retuits como “cascada”. En consecuencia, concluyen: “El 1% principal de las cascadas de noticias falsas se difundió a entre mil y 100 mil personas; en tanto que las verdaderas en raras ocasiones alcanzaron más de mil personas”.

Hoy día vemos cómo en esta era digital la socialización de la información adquiere un papel relevante y en lugar de recibir datos directamente de aquellos intermediarios institucionales (llámese medios, Gobierno, comunicados, boletines), hoy la obtenemos de nuestras redes de contactos. Personas que normalmente consumirían noticias con moderación, hoy reciben una pléyade de polémicas y debates políticos, que obviamente incluye falacias y posturas extremas (los nuevos lavaderos, diría mi tía).

La inquietud por la abundancia de desinformación, información falsa y propaganda llegó a tal punto que muchos Gobiernos ya proponen legislar sobre el tema.

En la cúspide de este fenómeno se encuentran las fake news, que invaden las redes, con un tremendo poderío capaz de influir en la toma de decisiones, sobre todo políticas.

En Estados Unidos se está investigando aún el uso de estas noticias entre los votantes antes de la elección presidencial de 2016.

México no es la excepción, un sinnúmero de noticias falsas se han difundido y derivado de esta situación, surge una agrupación de desmentidos que analiza el contenido de estas a través de la lógica y la historia.

Se trata de Verificado 2018, una plataforma seria que puede dar luz al electorado con el análisis de la información, y van los ejemplos: “Falso que Meade haya dicho: ‘Yo soy como Colosio’”. Verificado 2018 revisó el discurso completo de Meade durante el evento realizado en las instalaciones del PRI y confirmó que el título de la nota es falso. Ningún medio tampoco registró el supuesto dicho. Falsa, la foto de López Obrador junto a Carlos Salinas, López Obrador y Salinas no posaron juntos en esta foto, es un montaje de dos imágenes con cinco años de diferencia. Una fotografía titulada “dudan de su sexualidad” muestra al candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, junto a dos personas y en lo que parece un carnaval. La imagen se usa en varios videos que circulan en redes al menos desde el 9 de marzo pasado. La imagen es falsa. En fin, se abre una nueva ventana, que es la de la desinformación y sus canalladas pueden sembrar la duda, pero también el triunfo. Esa es la paradoja. Recado: Gobierno sin palabra es un Gobierno podrido.