La información se dio a conocer hoy, miércoles 30 de diciembre, con una breve publicación en el sitio web de China National Biotec Group ( CNBG ), la empresa nacional en Beijing para productos biotecnológicos.

No está claro cuál fue el alcance de las pruebas, ni por tamaño ni por número de infectados, sin embargo la CNBG indicó que el porcentaje declarado se refiere a los resultados obtenidos en la Fase 3 de las pruebas , subrayando su confiabilidad.

La vacuna, como muchas de sus contrapartes, debe administrarse con dos inyecciones realizadas después de un tiempo, y la compañía reitera que es absolutamente "segura" y capaz de desarrollar anticuerpos fuertes contra el coronavirus. Además, la vacuna no necesita almacenarse a temperaturas prohibitivas.

El intento de tranquilizar al público y a la comunidad científica es imprescindible. Entre la propaganda de las naciones adversarias y un tratamiento un tanto turbio de la información clínica, China se encuentra ahora teniendo que estabilizar una credibilidad que parece fluctuar.

La declaración de CNBG no solo implica que millones de nuevas dosis de la vacuna están a punto de llegar al mercado global, sino que también promueve la idea de un gobierno chino serio y altruista.

De hecho, China ha declarado que no le interesa participar en la "carrera de las vacunas", sino que ha argumentado que su interés es centrarse en el interés de "toda la humanidad".

La distribución de la vacuna, al mismo tiempo, es una clave con la que el país asiático estaría consolidando sus vínculos con los países en desarrollo, especialmente africanos.

Gracias a las leyes chinas que regulan las situaciones de emergencia, Sinopharm ya ha logrado inyectar sus vacunas en cientos de miles de ciudadanos chinos, tomando medidas incluso antes de que el medicamento obtuviera la aprobación oficial.