La tempestad (tragedia en 3 actos)
Usted está aquí
La tempestad (tragedia en 3 actos)
1ero “Las nubes”. El miedo es enorme, no sólo a las rejas, sino al destierro para no disfrutar del enorme patrimonio acumulado en los últimos 12 años de compartir el poder con el menor hermano y ésa, precisamente, será la condena. ¿Qué será de ti, simple ciudadano, Rubén el lector, en una tierra lejana?
La lección aprendida, es decir, la reprobación de este régimen represivo e irascible a través de las urnas. El 64 por ciento de los votos emitidos fueron en su contra, no sólo del hoy impuesto Trucutú en la tierra de dinosaurios.
Así entonces, la última de las tropelías en pos de la impunidad, en lo oscuro, con Chema Frausto de cómplice y los obedientes súbditos del templo de alabanza (perdón, Congreso del Estado), consistente en la aprobación al vapor de la Ley Anticorrupción, la misma que Rubén había prometido como reflejo de la Federal, sólo que le agregó una cereza al pastel y se recetó la creación de organismos a modo para impedir su aplicación contra él y los suyos (uno, dos, tres, por mí) y además de la eliminación de la revocación de mandato.
Hoy día se conoce como la “Ley de Autoprotección” y pronto llegará a los municipios que son mayoría del PRI para ser aprobada.
El consuelo que aún queda es que no se ha presentado el proyecto de nueva Constitución de Coahuila, aquélla que el ratón de escritorio, hoy asesor de Riquelme, redactó desde la Facultad de Jurisprudencia y que pretendía encaminar a la sociedad coahuilense a una especie de régimen chavista-madurista en la figura del “caudillo” Moreira. Tic, tac, falta poco para que se vaya camino a la sierra hidalguense.
2do “La lluvia”. Viendo la tempestad y sin hincarse, el delfín (Moreira-Viggiano) recorre el Estado tratando de legitimar su endeble resultado, acudiendo con empresarios a modo, rodeándose de lacayos que le susurran al oído “usted es distinto a Rubén”, porque no da para más.
Desde sus rincones en la Laguna, el grupo de la burbuja afila sus garras, por aquello de que si se le hace a Riquelme, entonces: Sifuentes, Reyes-Retana, Moran, Dovalina y otras semiespecies se apoderarán de los puestos claves de la administración.
En otro escenario, el hermano incómodo es un rayo que no cesa en la terquedad. Sin darse cuenta de que la gente de Coahuila no lo quiere (sólo 30 mil votos y a un alto costo), elucubra sus diarreas mentales, planteando escenarios para el caso (casi inminente) de que se repita la elección de Gobernador de Coahuila.
Como ya no puede ser candidato del PRI, anda con la tonta idea de promover a Jericó Abramo en contra de Rubén, ya que desde el CEN es posible que envíen de candidato a “La Coneja” Gutiérrez para entregar de cualquier manera al Estado.
En fin, es el mismísimo surrealismo político reflejado por Chaplin en su famosa película: “El Dictador”.
A medida de que los escándalos en los que se ve involucrado Peña Nieto a nivel federal se vuelvan incontrolables (espionaje, inseguridad, fraudes), la cabeza del gobernante local y de su delfín estarán remojándose para el sacrificio.
3ero “Truenos y rayos”. En medio de la tempestad, el saqueo continúa, un nuevo préstamo de 250 millones de pesos es requerido para pagar proveedores.
En un estudio del mes de marzo de 2017 sobre la evolución de la deuda pública de Coahuila, la Auditoría Superior del Estado (ASE) detalla que el Gobierno de Rubén Moreira inició con una deuda de 35.7 mil millones de pesos, pero creció a 37 mil 089.6 millones.
Entre los pagos a capital, Rubén Moreira le bajó 2 mil 633 millones a la megadeuda, pero esta cantidad se esfumó porque durante estos años ha adquirido cuatro créditos por 3 mil 394 millones de pesos. En resumen, Rubén ha pagado 17 mil millones de pesos en su administración y la deuda no ha bajado un centavo; de ahí el tamaño del terror dinástico.
¿Cuántas más sorpresas desde el búnker regalado? ¿Cuántas pesadillas? ¿Cuántas tormentas sobre esta tierra sedienta de dignidad? Cuidado, porque a decir de Borne: “La persona más peligrosa es una que esté llena de miedo; ésa es a la que hay que temerle más”.