Un pastor, un hombre de fe, es ingresado a un hospital psiquiátrico luego de una crisis. Ahí tendrá la oportunidad de tener un contacto cercano con los parias que alguna vez despreció y en ellos encontrará un mensaje de Dios para reconocer de nuevo el poder del perdón.

Esta es la premisa de la novela “La señal”, obra escrita en colaboración entre el escritor Paul Young y el teólogo Bradley Jersak, que llega a México este 2021 a través de la editorial Planeta  y en entrevista con VANGUARDIA vía Zoom, sus autores nos hablaron sobre los temas que aborda este libro y cómo se desarrolló este trabajo en conjunto.

“Fue un regalo para mí y una aventura para él”, comentó Young sobre la experiencia. El libro, explicaron, es la primera aproximación a la ficción a Jersak, quien ha escrito varios libros, pero todos de no-ficción, mientras que el otro es un novelista best-seller.

“Estaba preocupado de que si me atrevía a hacer mi primer trabajo de ficción en público podría solo humillarme, por eso invité a Paul, y luego pensé, en lugar de solo pedirle que fuera un asesor ¿porque no tomar un riesgo y ver si quieres co-escribirlo conmigo?”, agregó por su parte Jersak.

Este último también señaló que su interés de hacer esta, su más reciente publicación, una propuesta de ficción se debió a que considera que ciertos mensajes solo es pueden transmitir de una mejor manera a través de este género, de la mano del arte y, en este caso, en la piel de un personaje ficticio.

“Tiene una manera de penetrar en el mundo íntimo”, explicó Young, “estamos tan acostumbrados a trabajar en nuestras mentes que nuestros corazones desfallecen y esta es una oportunidad para que el corazón se impresione, pienso que la ficción lo hace mejor que la no-ficción”.

Aunque el tema principal del libro se desarrolla alrededor del perdón, el contexto en el que la trama sucede —un hospital psiquiátrico—, también desprende algunos puntos relacionados con la salud mental.

Al respecto, Jersak expresó que “quería un lugar cerrado, para que tuviéramos un número reducido de personajes, e incluso antes de pensar en un hospital psiquiátrico pensé que podría ser en una nave especial, pero para el momento en que Paul y yo nos sentamos a platicar concluimos que este es un viaje de sanación, no es solo sobre las dificultades de estar encerrados, pero este lugar tienes un número limitado de personajes y puedes ir más adentro de cada uno”.

Si bien la trama parte de una perspectiva cristiana y de los estudios teológicos de Jersak, el libro en sí no es un tratado ni tiene un enfoque para lectores de esta religión, sino que su mensaje es mucho más global.

“Incluso en las escrituras, la teología es una respuesta a situaciones de la vida real”, comentó Bradley, “la teología viene después, describiendo lo que pasó, y en una historia así la teología vendría después de los personajes […] Y creo que la teología sana siempre se ha desarrollado así, desde lo que el espíritu está haciendo en una persona o comunidad y la buena teología describe esa transformación o proceso”.

Perdonar, el tema central, es descrito por Young como un acto que requiere “voluntad de parte de la víctima para dejar algo ir, porque francamente, el perdón, si depende de dos partes llegando a un acuerdo, es poco probable, solo en el caso de la reconciliación, que es mucho más difícil de lograr”.

No obstante, aunque este mensaje en primera instancia podría parecer que así lo propone, no habla sobre que los victimarios reciban una pena por sus acciones —Paul Young fue abusado en su juventud y comparte la postura—, sino que, y lo recalcan ambos autores, la persona afectada pueda dejar ir lo que sucedió y continúe con su vida.