La segunda revolución

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La segunda revolución

La hierba conocida como mariguana, juanita, tronadora, tabaco vegetal, grifa o mota, llegó a nuestro País procedente de la India, lugar en el que ancestralmente era utilizada para la elaboración del hilo de cáñamo para la confección de vestimenta o cordones de gran durabilidad.

Durante el siglo 19, el mercado del algodón, se vio amenazado por la competencia económica en el uso de ese vegetal y se afirma que se inició una campaña para prohibir su siembra, acusándole de envenenadora de la sociedad, por su derivación en el consumo como estupefaciente y ya prohibida, entonces se volvió más apreciada.

No es sólo una percepción personal, sino un análisis científico de algunos historiadores, el que llega a la conclusión de que en parte, la Revolución Mexicana de 1910-1917 fue también una “Revolución Pacheca”.
“Tropa Vieja”, la novela de mi general Urquizo, recoge no solamente las vivencias de la leva sino también sus usos y mañas, también lo hace la canción de: “La Cucaracha” y digamos que a través de la mariguana muchas penas se evaporaron sobre todo las de la inconsciencia de las muertes, que también eran compatriotas y ya atizados, pues a darle.

La segunda “Revolución Pacheca” surje a mediados de los 60’s del pasado siglo y ésta fue desde el concepto cultural, ya que fusionó la doctrina hippie con la literatura de la onda, en la que Parménides Garcia Saldaña resultó creador y sostenedor.

Era común ver en los confines de toda nuestra patria, a los contingentes del hippismo en la versión mexicana que al fin de cuentas imprimieron una dinámica en la sociedad, en la que hoy, chance y sean los baby boomers en algunas de las más importantes actividades del País. ¿Por qué no?

Esta revolución continúa en los70’s, recuerdo dos episodios en mi tierra primero el debate en pleno Paraninfo del Ateneo entre los estudiantes y el profesor Eliseo Torres, acerca del consumo de la mariguana, en tiempos en que el director utilizaba a un grupo de porros grifos para asustar a la raza y el segundo en el desfile chusco de la narro de 1978, cuando en el contingente del “Acapulco” y los hondureños, se entonaba una canción con el ritmo del himno español que decía: “La mariguana, es nuestra gran señora / la alivianadora, no hay nada que temer / es una hierba muy buena, muy, buena / contra el mal y contra Lucifer.”

Los jardines universitarios, la ciudad deportiva, la alameda eran recintos en los que se percibía el peculiar aroma a tortilla quemada, en ciertos horarios. También los tiempos en que el antidoping, ni sus luces, por lo que los partidos de fut americano eran por así decirlo, más intensos y como no.

Hoy día, la Suprema Corte de Justicia de la Nación establece un parteaguas acerca del uso de la mariguana para fines lúdicos y medicinales al conceder el amparo para ello, a un grupo de cuatro personas que lo interpusieron y a las que exclusivamente les es para beneficio.

Sin embargo como se comenta una puerta se abre para lo que pretendería la Corte, un consumo responsable y limitado, a cuanto interesado promueva amparo y la justicia de la unión lo proteja.
El asunto de salud pública se había convertido en uno de seguridad nacional, ésto en la venta y distribución de la droga, hoy regresa a los altares de la salud y se le une el concepto de recreación, haya cosa diría Doña Lupe, mi sabia abuela.

Sin medir consecuencias creo que nuestro máximo tribunal fue omiso al no establecer en la sentencia el elemento de un consumo responsable y maduro, ya que se aprecia que bien podrían consumirla los mayores de edad en una brecha que iría de los 18 a los “N” años. Por mientras, a prepararse a ver al diablo de cerquitas y en tecnicolor.