La regla No. 34

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La regla No. 34

Regla del Internet No. 34.- Si existe, hay porno de ello.

-¡Un momento…! ¡¿Qué?!

¡Apréndaselo bien!: Si algo existe, hay una versión porno de eso.

Probablemente no me sigue, así que mejor le explico primero qué son las reglas de internet, pues de seguro ni siquiera sabía que cosa tal existía.

Las reglas del internet son un conjunto de pautas de predicción del comportamiento de los internautas en clave humorística. No son normas a seguir, sino reglas axiomáticas en el tenor de: “En el internet siempre encontrarás X…” o “ante determinada situación, los usuarios de redes siempre responderán Y…”. ¿Ya me explico? Son chistes, aunque con una buena dosis de verdad sobre esa realidad paralela en código binario.

Bien, pero: ¿Quién escribió esas reglas? ¿De qué Monte Sinaí las trajeron ‘u’ qué? Bueno, estrictamente no las escribió nadie… y todo el mundo. Comenzaron como un manual de conducta para el grupo de cíber-hácker-activistas Anonymous, pero pronto los usuarios lo tomaron a broma y comenzaron a agregar puntadas -nadie puede regular esto- y se convirtió en una colección de perlas de sabiduría popular del ámbito informático que se nutre de la colectividad. Es un poco como aquella compilación de chistes de Chuck Norris (los “Chuck Norris Facts”) a la que cada quien le agregaba una hazaña más prodigiosa y descabellada sobre los supuestos atributos del héroe del cine de acción y llegó a sumar cientos de chascarrillos al respecto. Verbi Gratia: “Chuck Norris no lee libros, se les queda viendo fijamente hasta que le dan la información que él requiere”… “Chuck Norris hace llorar a las cebollas”… “Chuck Norris le ganó al sol en un duelo de parpadeos”…

Bien, las reglas del internet son algo por el estilo, pero como ya dijimos, con algo o mucho de aplicación práctica. Mejor cito los ejemplos que considero más representativos, aunque por supuesto, no existe una versión única del listado y puede haber diferencias considerables entre una y otra fuente, pero las más populares serían:

Regla 00.- Adorarás a los gatos. Por alguna razón, los videos y fotos de felinos gozan de enorme popularidad  por todo el largo y ancho de banda de la súper carretera de la información. Los gatos son los reyes del internet.

Regla 10.- Tu rival nunca te dará la razón. Si usted se ha enfrascado en una discusión estéril con otro internauta (cosa que es más que probable) sobre cualquier pendejada como política, futbol o las adaptaciones al cine de los cómics de DC, sabrá que no importa la calidad de sus argumentos, el soquete de su interlocutor nunca reconocerá que usted está en lo correcto y él equivocado. Y seguramente usted tampoco le ha concedido la razón a nadie.

Regla 18.- Si algo existe, por alguna razón o sin razón aparente, habrá un grupo de gente que lo odie. Todo concepto, idea o persona tiene garantizado un número gratuito de ‘haters’, gente que le odiará así como a todo lo que tenga que ver con él o con ello. La Regla 19 reza que: Entre más famoso sea algo, más odio generará.

Regla 52.-  Internet te vuelve estúpido. Nada que explicar.

Regla 67.-  El número de signos de admiración empleados es inversamente proporcional a la veracidad de la información!!!!

Regla 68.- Si una discusión se alarga, tarde o temprano se hará mención de Hitler. Porque nada descalifica a alguien como compararlo con el viejo buen tío Adolph.

Regla 69.- Si el número 69 sale a colación, automáticamente alguien hará un chiste sexual.

Regla 101.- Si eres feo, no serás popular en internet. Ver Regla 16.- La fama es proporcional a la estupidez. Si cometes una gran estupidez, serás inmortalizado como meme.

         Y así hasta el infinito. Pero de regreso a la Regla No. 34 que nos ocupa: “Si algo existe, hay una versión porno de ello”, significa que no importa de qué idea, personaje o concepto se trate, alguien se excita con ello y por consiguiente existe material pornográfico alrededor de dicho fetiche.

No obstante, otra acepción de la misma regla nos dice que, sin importar la naturaleza del contenido, alguien ya hizo una parodia porno de ello.

¿Los Simpsons porno? ¡Por supuesto que existen! ¿Pokémon porno? ¡Obvio sí! ¿La Liga de la Justicia XXX? ¡La duda ofende! ¿Los pitufos porno? ¡Desde luego! El Chavo del Ocho,  El Señor de Los Anillos, Pepa Pig… Usted nómbrelo y luego permita que Google le destruya para siempre la inocencia con que miraba estos personajes. Eso sí, al menos se va a divertir con los nombres de algunas de estas parodias, que son de lo más creativos y desopilantes. Aunque por pudor, aquí los omito.

Pero se lo garantizo, la más somera búsqueda en internet le recompensará con la versión calenturienta de su peli favorita. ¿”Los Puentes de Madison”? Le aseguro que allí está, en los laberintos de la web, la versión triple equis, con miembros descomunales y mucho “Oh, my God!”.

Todo esto no se limita al entretenimiento, otras personalidades de distintos ámbitos también han sido parodiadas en producciones ‘nopor’. Por ejemplo, cuando Barack Obama llegó al poder, se popularizó un video con un doble del flamante presidente almorzándose a su adversaria republicana, Sarah Palin. ¡De antología!

Y bien, aquí mi personal teoría: Dado que parece existir una realidad paralela en la que todo es porno, tengo la firme sospecha de que el Presidente López Obrador, su partiducho Morena y todo el movimiento de la Cuarta Transformación que estamos padeciendo, son en realidad la versión porno. Por algún error, o falla en La Mátrix, en vez de tener a los originales, a los que se suponía nos habrían de gobernar, nos enviaron a sus equivalentes del universo pornográfico que confirman la Regla 34 del internet

¿Por qué estoy tan seguro de esto? Pues nada más y nada menos que por el tremendo cogidón que AMLO  y todo su vasallaje nos están acomodando al resto de los mexicanos. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. Dígame usted.