La querella infinita 5

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La querella infinita 5

Durante mi reciente estancia en Tijuana fui testigo de muchos acontecimientos que definen lo fronterizo: la presencia sempiterna de la barda que separa las dos naciones, las dos culturas que se atraen y se rechazan, la convivencia placentera y divertida entre mexicanos y anglosajones, y una gran cantidad de imágenes que se suceden en los días y las noches de la frontera norte mexicana y el sur norteamericano. Pero la postal que no se me olvidará nunca es la charla,  son los besos y los parabienes entre la población que vive de aquel lado del muro que intercambian con las mujeres y los hombres que por instantes tocan las manos de sus queridos seres que no pueden traspasar los postes de acero. El muro y el mar son testigos del amor que ningún muro puede entorpecer o limitar, escenas que son constantes en Playas de Tijuana, la axila del país dicen los lugareños. Ahora, el pensamiento fascista de Trump intenta impedir estos encuentros. Han colocado una gran malla para que ni las manos puedan tocarse.

Las marchas del fin de semana reciente han demostrado un repudio generalizado al actual Presidente gringo, incluso en la Unión Americana hubo marchas anti Trump. La mala noticia es que en nuestro país se disputan entre los dirigentes convocantes la autenticidad de principios y objetivos. Se dicen unos a otros que “esa marcha es para fortalecer a EPN” puesto que algunos empresarios caminaron gritando consignas contra Trump. Como si se pudiera patentar la protesta. Después de que Hitler atentara contra el Congreso alemán, en aquel incendio contra el Reichstag, rojos y azules recorrieron las calles de Berlín para exigir cese a la persecución. Los gritos contra el inicio del fascismo provenían lo mismo de gargantas perfumadas que de cuellos sudorosos. Los primeros, se asustaron por el monstruo que habían ayudado a crear y se olvidaron del silencio, la gran muchedumbre temerosa de que continuara ganando elecciones. Recordé aquel viejo poema: “…vinieron por los socialistas pero no dije nada, yo no era socialista, después vinieron por los judíos y no dije nada, yo no era judío, después vivieron por mí, pero ya no había nadie quien protestara…”
Diez años después de aquel acontecimiento, les construyeron un muro que separaría a las familias de una misma nación. Ignominia que duró más de cuarenta años. Lecciones que no se aprenden. Ha nacido un enemigo más importante para los mexicanos que nuestras discrepancias internas. No confundirnos, escriben los más acertados analistas. 

La última y nos vamos

En Coahuila se extiende el temor entre los simpatizantes que no están con la continuidad en el gobierno, por las notas periodísticas en donde se divulgó el despido de funcionarios y empleados que habían dado su firma para el registro de Javier Guerrero, atropello que indignó también a los militantes de otros partidos opositores al clan priísta. Es persecución y venganza dicen con sobrada razón. Todo hace suponer que tendremos conflicto post-electoral. Porque los que gobiernan, al parecer no están dispuestos a una competencia transparente y legal. Las argucias, las trampas y las amenazas apenas empiezan. La democracia corre peligro.      
    

Mario Valencia Hernández
mvalehe@yahoo.com.mx