Los Acereros, quienes están en busca de su primera corona de la LMB, están obligados a vencer a los Leones en el regreso de la Serie del Rey al Horno Más Grande de México, el Estadio Monclova, pues un sólo tropiezo de la Furia Azul le daría a Yucatán su quinto título en el beisbol azteca.

La Final regresa a la Capital del Acero con el equipo coahuilense abajo por 3 juegos a 2, por lo que el margen de error es nulo para los dirigidos por Pat Listach.

Desde su fundación en marzo de 1974, hace 45 años, los Acereros viven su tercera Serie del Rey y el objetivo es claro, levantar su primer tótilo de Liga Mexicana y para ello deberán ganar hoy, forzar un Juego 7 y definitivo que les permita cumplir el sueño.

No será nada sencillo, pues Leones cuenta con un staff de pitcheo envidiable que ha sabido maniatar hasta el momento en 3 de 5 oportunidades a la poderosa ofensiva de La Furia Azul, un line up imponente que sin importar quién esté en la caja de bateo la pólvora puede estallar en cualquier momento.

Acereros llega herido luego de que César Valdez los blanqueara el domingo en Mérida, una hazaña difícil ante toleteros de poder y respeto como los que sobran en Monclova.

De regreso al Horno Más Grande de México, los Acereros deberán aprovechar su localía para volver a encenderse y pelear a muerte por el gallardete.

El duelo monticular está protagonizado por Yoanner Negrin, de los Leones, y Jaime Lugo, de los Acereros, un choque que se repite en esta Serie del Rey, pues es el mismo de Juego 2, en el que la Furia Azul se llevó el triunfo, una victoria que sellaron con un Grand Slam sobre el relevo yucateco, aunque el descalabro fue para Yoanner, pues alcanzaron a darle la vuelta antes de que abandonara el encuentro.

Ningún partido es igual a otro, esa es una de las bellezas del Rey de los Deportes, por lo que sólo significa una revancha para Negrin y el mismo Lugo, pues en aquel encuentro el lanzador de los monclovenses se fue sin decisión al salir rápido del encuentro y con par de bambinazos en su cuenta.

Vencer o morir, esa es la ideología con la que hoy salen los Acereros a defender su casa y así mantener viva la esperanza de coronarse por primera vez en la Liga Mexicana de Beisbol.