La producción editorial

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La producción editorial

He expuesto aquí, no pocas veces, críticas a muy diversas cuestiones que tocan al Gobierno (a personas e instituciones y a los tres niveles: municipal, estatal y federal) y creo que debo seguir haciéndolo. Pero en algunos casos me siento obligado a reconocer y a elogiar determinadas acciones.

Tengo muchos años en el campo editorial. Cuando fui director del Archivo Municipal publicamos 53 libros y catálogos (fue el archivo más productivo de México). Luego, en la Secretaría de Educación de Coahuila, fui director de publicaciones y logré editar 17 libros en dos años. Esto no es presunción, pues para eso me pagaban, pero la experiencia me hace muy comprensivo hacia esta labor que no es nada sencilla, sino más compleja de lo que pueda creerse.

De ahí que sienta la obligación de dar un reconocimiento a la Secretaría de Cultura porque en seis años ha logrado publicar, hasta el día de hoy, 197 libros, cosa que nadie había hecho. Ana Sofía García Camil, no lo ignoramos, vino de Torreón y de allá se trajo a casi todo su equipo. No hago comparaciones ni digo que los de La Laguna son mejores que los saltillenses o que los de Monclova, sino que simplemente me estoy refiriendo a algo que sucedió.

Esa Secretaría acaba de rematar con dos volúmenes, el uno que lleva el nombre “Viesca. Identidad e historia”, de Hilda Georgina Hernández, Josafat Vázquez y Estefanía Hernández, maestros de la Universidad Autónoma de Coahuila. Libro hermoso desde donde se le vea y muy meritorio, puesto que recupera el pasado y presente de una comunidad que ha sido muy golpeada: les quitaron el agua, perdieron sus empresas, los marginaron de las comunicaciones (carretera, ferrocarril) y, como si eso fuera poco, debieron sufrir el narcotráfico. Este libro tiene aportes valiosos de los viesquenses actuales.

La otra obra, que apenas se va a presentar al público, fue coordinada por Cristina Martínez, Gabriela Román y Teresa Mora, con la participación de Gilberto Sánchez, Karina González, Marisol Ayala, Luis Mora y Eduardo Madero, casi todos de la misma universidad pública. El título es “Uvas, Tierra y Memoria. Coahuila: Raíz de la Vitivinicultura en América”. Es un libro muy hermoso, con un buen diseño y textos y fotos que no se conocían. Vale la pena poseerlo y, sobre todo, leerlo. Es un trabajo pionero, si se exceptúa el de Sergio Corona, dedicado a Parras.

Mencioné 197, lo cual me impide rememorar otros de los títulos y autores. Hay de todos los géneros: poesía, teatro, narrativa, historia, novela, memorias, libros infantiles y demás. Sin lugar a dudas, llegamos a un nivel importante. No me quedo con las ganas de decir que algunos de los libros no valen la pena, pero en su mayoría son meritorios. Además, no es mi opinión la que contó (por suerte), así que debo admitir que en gustos se rompen géneros.

El esfuerzo de la Secretaría fue apoyado por otras instancias, como la del Consejo Editorial del Estado. Ignoro el número de sus libros, pero creo que también hay que agradecerlos. Lo encabezó Javier Fuentes.

Parece pertinente mencionar que la Escuela de Historia de la Universidad tiene apenas nueve años de existir y ya cuenta con un acervo de publicaciones que supera los 50 títulos de su sello editorial, que no es poca cosa. Ahí sí que todos los libros, con dos excepciones, son de historia. Es claro que privilegia la historia regional sin que eso sea una obsesión.

Hay temas variados, casi todos novedosos y los que no lo son, de todas maneras fueron escritos con nuevas informaciones o desde ángulos que no se consideraron antes. Siendo como es una licenciatura en Historia parecía necesario avanzar en la producción de nuevos escritos, de búsqueda de archivos locales, nacionales y extranjeros no consultados antes o poco visitados y, también, temáticas que se dejaron de lado porque en el pasado lo que interesaba (a los historiadores) era lo político, los grandes hombres, las batallas y la influencia del Centro en los asuntos coahuilenses. Hoy nos interesamos por la vida cotidiana, los grupos marginados, la demografía, las misiones, la cultura, la relación del hombre con la naturaleza.

Tenemos no menos de 250 nuevos libros en el Estado y esto es resultado de una labor titánica de centenares de personas.