La problemática de la contaminación: urge salvar nuestro planeta (3)
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La problemática de la contaminación: urge salvar nuestro planeta (3)
La gestión inadecuada de residuos sólidos urbanos se ha convertido en uno de los mayores problemas no sólo medioambientales sino también de salud y económicos en todo el mundo. Cada año se generan en todo el planeta entre 7 y 10 mil millones de toneladas de residuos (urbanos, industriales, de construcción y demolición) y alrededor de 3 mil millones de personas carecen de acceso a instalaciones controladas de gestión de residuos.
En México se generan cada día más de 100 mil toneladas de residuos sólidos urbanos (1.2 kg/pp), de las cuales sólo se recolecta el 84 por ciento. Tan sólo en Ciudad de México se estima que cada día se producen 12 mil 998 toneladas. En Saltillo se recolectan diariamente 700 toneladas, las cuales se depositan en un relleno sanitario que da servicio a Ramos Arizpe y Arteaga, y genera electricidad a partir de la basura.
Debido al incremento de la población urbana a los cambios en los patrones de consumo e incluso al desarrollo industrial y los avances tecnológicos, la generación de basura en las zonas urbanas del mundo se duplicará en 20 años, por lo que los desafíos para una correcta disposición de los residuos sólidos urbanos son múltiples. A esto se agrega la falta de políticas públicas que incluyan factores de prevención y acciones de concientización en el consumo que eviten el incremento de desechos, pero también la ausencia de campañas que alerten sobre el grave impacto a la salud y al entorno ambiental por cientos de toneladas de desechos que se acumulan cada año en calles, parques, plazas públicas, ríos, playas y otros espacios recreativos de todo el País.
A la tierra se le ha llamado el planeta del agua debido a que tres cuartas partes de su superficie están cubiertas por mares, lagos, ríos, pantanos y glaciales. Pero el 97 por ciento es agua salada, 2 por ciento se encuentra en forma de hielo glacial en los polos norte y sur, y sólo el 1 por ciento es agua dulce y puede aprovecharse fácilmente. Resultaría demasiado costoso potabilizarla, aunque en países como Israel el 60 por ciento del agua domestica proviene del mar mediterráneo (cuenta con la planta de desalinización más grande del mundo de su tipo).
La crisis del agua ya es una realidad a nivel mundial, como es el caso de Ciudad del Cabo, capital de Sudáfrica. En 2018 la ciudad se encontró al borde de una catástrofe: estuvo a punto de llegar al día cero, esto es que se racionaría el agua a 30 litros por persona. Sin embargo, debido a una intensa campaña de ahorro de agua implementada por el gobierno a la población y la llegada de las lluvias de invierno, evitaron la crisis.
El caso de Saltillo es paradigmático. En 1777 existían más de 600 manantiales reportados por el padre Juan Agustín de Morfi. Aquello ha quedado sólo en los recuerdos de la historia. Actualmente –a pesar de la negación de autoridades municipales– estamos al borde del colapso si la ciudad continua creciendo. La propuesta de Agsal, de traer agua del denominado acuífero Saltillo Sur, está sustentada en un estudio elaborado por una empresa que no reúne las características de capacidad, conocimiento y honestidad.
La falta de políticas públicas y los eventos climáticos extremos, aunado a las tensiones políticas en donde ocurren dichos eventos, resulta una combinación venenosa. Urge que la población exija a las autoridades y gobiernos establecer campañas de reducir sus desechos, reciclar y reusar, así como promover el ahorro del agua. De lo contrario nos están llevando a una situación crítica quizá y peligrosa sin retorno.
En la actual administración municipal de Saltillo se tiene una Agenda Ambiental, la cual no contempla una campaña de educación ambiental. Parece que las autoridades no entienden que sin el apoyo y participación real de la ciudadanía sus proyectos, por más bien presentados que estén, serán un fracaso.
Hace más de 20 años, en el sexenio del gobernador Rogelio Montemayor, existió en Coahuila un exitoso programa de educación ambiental en el que participaron más de 120 mil niños. Entre otras actividades existían: ahorro y cuidado del agua; la aplicación de las tres R: reducir, reusar y reciclar residuos. Sin embargo la siguiente administración la eliminó. Un paso para adelante y dos para atrás.
¿Por qué Agsal no lleva a cabo una campaña de ahorro de agua cuando la Ley de Aguas de Coahuila establece que el dinero que se recabe por el cobro de reconexiones (más de 30 millones de pesos al año) sea utilizado en cultura del agua? ¿Por qué se desperdician más de 1000 litros por segundo (lps) de agua después de la planta de tratamiento, descargándose al arroyo y por qué se siguen perdiendo por fugas más de 700 lps, lo que equivale al 40 por ciento de la que se distribuye? ¿Por qué las autoridades, el Consejo de Administración y cámaras de empresarios no se preocupan por resolver esas fallas? ¿Será que a Aguas de Saltillo (Aguas de Barcelona) no le interesa? ¿Por qué el alcalde no es el presidente del Consejo de Administración? ¿Dónde están los Consejeros ciudadanos y como nos defienden y representan? ¿No ha quedado claro que a Agsal lo que le interesa es que se gaste más agua para tener ellos mayores ganancias?
Considero que lo anterior es más importante que eliminar las bolsas de plástico. ¿Y tú qué opinas?