El fundador de la plataforma Wikileaks, Julian Assange, siguió hoy con su defensa del referéndum independentista de mañana en Cataluña y calificó la crisis que abrió entre la región y el Estado español como "la primera guerra mundial en Internet”.

"La primera guerra mundial en Internet ha comenzado en Cataluña, puesto que el pueblo y el Gobierno lo usan para organizar el referéndum de independencia del domingo y la Inteligencia española bloquea links, ocupa edificios de telecomunicaciones, censura miles de webs y protocols, etc", escribió Assange en Twitter.

El activista, que lleva cuatro años refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, sostuvo en otro mensaje que "lo que está pasando en Cataluña es el conflicto occidental más significativo entre el pueblo y el Estado desde la caída del Muro de Berlín”.

Sin embargo, añadió, los métodos son diferentes en 2017 y consisten en "VPN, servidores proxy, espejos y chats encriptados hasta vigilancia y censura por Internet, propaganda con ‘bots’ y chalecos antibalas". Assange cambió también su ubicación en Twitter a Barcelona e instó a sus seguidores a imitar ese gesto.

El férreo posicionamiento de Assange a favor del referéndum generó fuertes repercusiones en España y especulaciones sobre su interés en el tema. A principios mes, cuando comparó la crisis con las protestas de Tiananmen en China que dejaron cientos de muertos, el escritor Arturo Pérez-Reverte le respondió: "Es usted un perfecto idiota”.

Los nuevos mensajes del activista llegan un día antes de que Cataluña celebre su referéndum de autodeterminación en un desafío abierto al Estado central, que lo ve ilegal, y al Tribunal Constitucional español, que suspendió su celebración.

En virtud de esa y otras medidas judiciales, el Gobierno de Mariano Rajoy impulsó diversos pasos que fueron desmantelando la logística de la consulta y dejándola sin posibilidades de realizarse con un mínimo de garantías. Entre esos pasos figuran el cierre de webs y aplicaciones al que se refiere Assange.

También en cumplimiento de órdenes judiciales, la Policía de Cataluña tiene la instrucción de precintar todos los locales de votación hasta las 6 de la mañana del domingo e impedir el sufragio. El choque entre Madrid y Barcelona escala así a un nivel inédito y plantea un escenario imprevisible.