La presdienta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, demostró tener un amor profundo por la Selección de su país.

En la Copa del Mundo, la mandataria estuvo apoyando en las gradas a sus compatriotas en todos los duelos que disputaron los balcánicos, incluyendo el juego contra Rusia, que definió el último boleto a las Semifinales.

Pero Grabar-Kitarovic demostró su humildad en Rusia 2018. Viajó al torneo mundialista en un avión comercial, compartiendo vuelo con los aficionados y se metió hasta el vestidor para festejar con los jugadores tras el duelo contra los anfitriones.

La primera mujer en ser presidenta de Croacia, con 50 años, dos hijos y siete idiomas aprendidos, seguirá en el actual Mundial hasta que sus "paisanos" terminen su actuación en la competencia.