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La Pizza no es sólo deliciosa, también tiene historia
La verdadera historia del origen de la pizza es confusa y aún hoy en día Grecia, Nápoles y Egipto se pelean por el titulo de creador definitivo de uno de los más versátiles y deliciosos platillos que la humanidad ha conocido. Y es que hay buenos argumentos para asociar a cada uno de estos lugares con el alma máter de este masudo placer y todo empieza con la definición de pizza: cierto tipo de pan plano al que se le ponen ingredientes por encima.
Esta definición no es muy completa y es que el popular alimento puede entonces ser atribuido a diferentes lugares y épocas de la historia. Cerca del 500 a.C. los soldados persas horneaban una especie de pan plano sobre sus escudos, al que después cubrían con queso y dátiles para convertir en un almuerzo. No obstante, en el siglo I a.C., el poeta romano Virgil ya había creado poemas en honor a la pizza:
Su cuota hogareña, la muchedumbre hambrienta
Después invadirán sus sanjas pero por ahora devoraran
Para solucionar la escases, sus pasteles de harina
Ascanius esto observó y sonriendo dijo:
“¿Lo ven? hemos devorado el plato sobre los que fuimos alimentados”.
Los egipcios también cocinaban pan plano, en la India se horneaba el naan en grandes hornos Tandoori, pero ninguno de ellos usaba ingredientes para acompañar sus panes ni cubrirlos. En Grecia existía el plakountos, un tipo de pan con cubiertas de distintos toppings y los mejores fueron creados en Naples o Neopolis (la actual Napóles), esparciendo los hornos de pizza hacia toda Italia.
La pizza no siempre fue el manjar que conocemos hoy en día y, durante estas épocas se pensaba en este alimento como sumamente desagradable, particularmente por los miembros de la nobleza quienes consideraban al platillo como de menor rango debido a que requería de ingredientes baratos que podían ser consumidos rápidamente, se comercializaban en los restaurantes informales y únicamente contenían algo de ajo, tomates, queso, aceite de oliva y anchoas.
Sin importar lo que la minoría adinerada pensara, la pizza fue un platillo que se mantuvo a lo largo del tiempo y comenzó a venderse muy bien entre los extranjeros que visitaban Italia -y pagaban cerca de dos centavos por rebanada, toda una estafa por parte de los italianos de esa época quienes sabían que el platillo en cuestión costaba mucho menos-. De igual forma algunos de los emigrantes instalados en diferentes partes del mundo vendían “pays de tomate” y poco a poco la pizza fue entrando dentro del gusto popular.
La pizza comenzó a adquirir fama con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y los soldados americanos instalados en Italia. Éste alimento obtuvo tanto prestigio que en el 2009 la Unión Europea voto para proteger la pizza de Napóles haciéndola comida tradicional oficial -aunque en ésta zona los pizzeros deben de mantenerse regulados bajo los ingredientes originales: tomates San Marzano y queso mozzarella fresco, con el fin de hacerla un platillo exclusivo-.
Después de algunos milenios de su creación, la mayoría de la gente concordará con Alejandra Balbuena de SinDelantal cuando dijo:
Seamos honestos… la respuesta para todo debería ser, ¡pizza! ¿Tarde con amigos viendo el fut? Pizza. ¿Llegar del trabajo y encontrar el refri vacío? Pizza. ¿Reunión en casa? Pizza. ¿Tarde de pelis? Pizza. ¿Estudiando para finales? Pizza. En fin, este pedazo de cielo tiene tres mil años en el mundo. “