Con 45 años y seis equipos en su haber, Óscar "Conejo" Pérez llegó a los 25 años de carrera en el futbol mexicano, a 365 días de romper el récord de Hernán Cristante, quien debutó en 1986 con Gimnasia y Esgrima de la Plata y se retiró del balompié en el 2012.

Pero no todo ha sido "miel sobre hojuelas" en la carrera del guardameta nacido en la Ciudad de México.

La estatura de 1 metro con 72 centímetros era el gran inconveniente con el que Pérez llegó a probarse a las reservas profesionales de Cruz Azul. Al menos así lo veía el entonces entrenador de aquella categoría, Enrique Meza.

Aún así, "Ojitos" debutó al Conejo en Primera División el 21 de agosto de 1993, en un partido de la Máquina contra el Atlas en el Azteca.

“Yo lo descartaba por chiquito pensando en que no podía ser un gran arquero porque estaba chiquito. Eso lo confieso hoy y me da vergüenza porque después esa fue una lección para mí”, confesó el DT al portal deportivo, Mediotiempo.

“Yo era entrenador de la reserva profesional de Cruz Azul, de lo que es la Sub-20 en este momento y ahí llegó y le hice unas pruebas. Llegaron muchos jóvenes y fue ahí donde jugó un poco, los equipos estaban equilibrados y no tuvo mucho trabajo”.

Sin embargo, fue el hijo del DT, Enrique Meza Jr., quien le aconsejó a su padre darle juego al guardameta para que continuara su proceso en la Sub 20. La prueba de fuego fue un partido de práctica donde Pérez se mostró como un arquero de gran experiencia.

“Mi hijo Enrique siempre me acompañaba a todos lados y me dijo ‘oye papá, a ese portero chiquito vuélvelo a meter porque es bueno, lo vi atajando atrás y la verdad es bueno’”, relató Meza.

“Entonces seguí yo probando y ahí lo metí con equipo desequilibrado y resultó que el Conejo Pérez parecía ya un arquero de muchísima edad por cómo se desarrolló”.

Y aunque actualmente Pérez no es titular en Pachuca, donde fue campeón en 2016, su segundo título tras aquel de 1997 con la Máquina, para el "Ojitos", Óscar se niega al retiro por la pasión hacia el futbol, mismo que le permitió ir a tres Mundiales, los de 1998, 2002 y 2010.

“Hace algún tiempo hablaba conmigo y me decía que tal vez ya era su último tiempo, pero sigue y es porque le gusta mucho, la profesión es bonita y a veces uno se resiste”.