Auriazul es el dominante a las afueras y dentro del recinto universitario mejor conocido como Volcán, y es que hoy el choque es entre Tigres y Pumas, se juega apenas el partido de ida de los cuartos de final, pero la realidad es que los neoloneses lo viven como cada juego, con una intensidad que estremece cada rincón del recinto.

La afición saltillense también se ha hecho presente en esta cita futbolera, alrededor del estadio un par de amigos (uno Puma y otro Tigre) caminan con el rostro plagado de emoción, esta serie de cuartos de final tiene sazón especial para ellos, además del orgullo han apostado la cabellera.

Diversos olores de alimentos rondan por el graderío, pero lo más respirable es ese entusiasmo que irradian los felinos locales, esperando que esta noche salgan de el Volcán con una ventaja que les permita visitar un poco más cómodos la Ciudad de México el próximo domingo para el duelo de Vuelta.

La pequeña niña con el sombrero auriazul toma su lugar en el graderío tomada de la mano de su mamá, a la par se observa a un grupo de amigos, que entre “cotorreo”, van afinado garganta estando seguros de que su ídolo el francés no los defraudará y meterá cuando menos un gol.

Los aficionados de Tigres no se guardan nada, preguntando sobre el resultado final estimado, es fácil toparse con una goleada de la que Eduardo Vargas y André-Pierre Gignac son protagonistas. Incluso hay quienes ya se visualizan este diciembre con un campeonato más en las vitrinas.

La cancha está lista, el calentamiento se ha dado y solo resta que el silbante salga al empastado y ponga marcha a este espectáculo de fieras.