La parodia electoral
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La parodia electoral
A mi viejo colega de armas, el padre Carlos Aguilera, en su memoria
El tema es tan recurrente, como necesario, en esta sociedad coahuilense agraviada por la conjura de los todopoderosos sinvergüenzas que manosearon a placer el proceso de elección del pasado 4 de junio.
Máxime que los síntomas de la trapacería aparecieron desde el pasado año en el que fueron presentados los candidatos al Consejo Electoral, quienes después de la pantalla de ser evaluados, tomaron posesión a pesar de las evidencias de su relación directa con el dueño de los bats y las pelotas y gran simulador que despacha en el Palacio Rosa, afortunadamente hasta el 30 de noviembre de este desastroso año.
En el proceso de selección entre los consejeros surgieron las primeras diferencias: la tamaulipeca López estaba aferrada a ser presidenta; en ello, la misma Gabriela de León fue la encargada de filtrar al PAN los contratos de arrendamiento que tenía la voraz abogada con el Gobierno de Coahuila y los juicios laborales que había asesorado, recibiendo jugosas ganancias y con ello su cuasidestitución.
La cena de negros inició en los siguientes meses con la publicación de los suntuosos gastos del esposo de la hoy vapuleada presidenta y de un amiguito, en España, disque disfrutando de una beca a costa del patrimonio del Estado.
Entre tanto, los otros consejeros designados por la mano de Aguilón: González se sobaba las manos a fin de aprovechar el desencuentro para irse posicionando en las comisiones más importantes del Consejo y así perpetuar los atropellos denunciados por el frente prodignidad de los coahuilenses.
Transcurrida la tropelía, llegó el verdadero terror: nunca imaginaron los antes sonrientes consejeros que la reacción de la sociedad tendría tal magnitud; que a pesar de los intentos de boicot por parte de la Fuerza Represora Coahuila, salieron a la calle a más de 100 mil coahuilenses en los confines del Estado y hoy continúa con ese ritmo.
Esta tierra huele a transición, no nos cansaremos de repetirlo. La aplanadora de la oposición le demostró al caudillo Moreira que su régimen y el de su hermano pasarán a la historia negra de Coahuila, como administraciones réprobas e impositivas.
Tímidamente se anima el por 156 días más Gobernador a señalar: “Mienten todos los que afirman que yo designé al IEC y al Tribunal Electoral”. En ese contexto me sumo a los mentirosos que afirmamos que fue sólo él quien analizó, filtró y señaló a quiénes y por cuánto tiempo deberían formar parte de esos cuerpos colegiados.
Y como el giro legal refiere que el que afirma debe de comprobar, también quien sólo niega debe tener las pruebas conducentes de su negación.
Vamos a los hechos: el IEC está conformado por la abogada tamaulipeca López, a quien el Gobierno del Estado le arrienda un inmueble de su propiedad y le ha pagado honorarios por su asesoría en juicios laborales contra la SEC, ambas se comprueban con la página de transparencia de Coahuila. El abogado Alejandro González fue llevado al IEPEC por Homero Ramos y es de todos conocido que fue el artífice de evitar que Humberto Moreira fuera descalificado como candidato a Gobernador por actos anticipados en el 2004 y los mensajes entre éste y David Aguilón: “Lo único que le puedo decir es que voy a trabajar el doble, a cuidarnos el triple. Pura ma... que nos ganan”. Y Gustavo Espinoza, que niega todo como Rubén, pero posó con el entonces candidato del PRI en su campaña 2011-2017 y lo acompañaba frecuentemente en sus giras por la ciudad de Saltillo, además de haber sido funcionario de la Secretaría de Salud y de Finanzas de Coahuila.
Pero la que se voló la barda fue la hasta hoy presidenta del IEC, quien no sólo patrocinó viajes a su cónyuge y lo hizo partícipe en las empresas fantasma, sino que después de haber participado en el IEPEC de Homerito Ramos, aparece su familia con fuertes vínculos con el titular del Ejecutivo.
Miento entonces, Rubén, ¿pero qué hago entonces con las pruebas?, ¿dónde están las de su Gobierno?
El último grado del cinismo impera hoy en una administración plagada de simulaciones, de insidia, represiones. La esperanza es que ya termina. Coahuila despertó de nuevo y se dignó. Recordé a Camus: “La estupidez insiste siempre”.