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La pandemia judicial: los ius-desafíos del coronavirus
Ayer el relator especial de Naciones Unidas sobre independencia judicial, Diego García-Sayán, expresó siete puntos que son relevantes para discutir las acciones que los Estados deben implementar para prevenir la posible crisis de los sistemas de justicia en el mundo por la emergencia del coronavirus.
La justicia enfrenta una causa de fuerza mayor que interrumpió su funcionamiento normal. Las restricciones a la libertad personal para proteger la salud que se han emitido a nivel mundial, nacional y local, han generado una limitación transitoria al acceso a la jurisdicción, porque tanto el personal judicial como las partes no pueden comparecer con la presencia habitual en un tribunal. La común circulación de personas en las oficinas judiciales hace que no sea viable ni responsable su total apertura en tiempos de crisis sanitaria.
La justicia, sin embargo, es una actividad de Estado que no puede suspenderse porque resulta esencial para la sociedad. Todos los tribunales, por tanto, han asumido guardias para asuntos urgentes en ciertas materias que deben priorizar, pero hoy deben ir más allá: repensar un plan de contingencia judicial para reactivar su función sin poner en riesgo a las personas de manera innecesaria.
La pregunta del profesor de Oxford, Richard Susskind, sobre ¿si la justicia es un servicio o un lugar?, resulta pertinente en este contexto. El coronavirus, sin duda, adelantará los cambios en el mundo judicial. En la próxima década y en estas semanas de interrupción, la justicia experimentará más cambios que en los dos siglos pasados. El tribunal que no entienda ni se prepare para la pandemia judicial puede colapsar en corto, mediano y largo plazo el servicio de justicia.
Esta emergencia de salud, según los expertos y gobiernos, generará una fuerte crisis económica. Como toda recesión causará situaciones graves en los diferentes ámbitos de una comunidad. La justicia sería una de ellas con dos agravantes: las malas prácticas del tortuguismo judicial, por un lado, pueden colapsar más rápido un determinado sistema judicial; por el otro, la fragilidad de la humanidad que hemos vivido generará situaciones de mayor tensión social que requerirán jueces con mayor sensibilidad para resolver la nueva oleada de conflictos penales, laborales, civiles, mercantiles o familiares.
Para asumir este compromiso, los tribunales deben tener como punto de partida las recomendaciones del relator García-Sayán. Esta crisis de salud pública, como dice, no terminará de inmediato y plantea amenazas y desafíos especiales para los sistemas de justicia en su conjunto. Describo los siete aspectos cruciales:
1. La creatividad para salir adelante y diseñar un mayor acercamiento con la población que genere una estabilidad institucional. La reingeniería del debido proceso, para mí, resulta fundamental: los jueces debemos resolver pronto y de manera adecuada los conflictos sin tanto tortuguismo.
2. La priorización del servicio judicial en esta etapa que, a mi juicio, no sólo debe encaminarse para atender lo urgente sino también para reactivar la función para resolver todo lo pendiente que hay en los juzgados. Sólo así podremos enfrentar lo que vendrá después de la crisis.
3. La racionalización urgente debe ser estratégica, prudente y efectiva, pero debe ampliarse ese concepto a mi parecer: no sólo es atender la protección que no debe esperar a los grupos más vulnerables, sino también debe considerar que la comunidad tiene otros ámbitos que son necesarios tutelar y no postergar.
4. La protección de los derechos es prioritaria. Los jueces deben garantizar asuntos sensibles como la violencia doméstica, la niñez, los adultos mayores, las personas con discapacidad o situaciones de corrupción que se puedan aprovechar en esta crisis.
5. El uso del teletrabajo a través de herramientas digitales es fundamental para “ponerse al día”.
6. Las bombas de tiempo sanitarias y de seguridad deben ser resueltas para evitar mayores problemas de salud a las personas. Las privaciones innecesarias es un ejemplo de ello.
7. Los jueces que deban estar en contacto con las personas deben tener un especial cuidado para proteger su salud.
JUSTICIA PANDÉMICA
El tribunal que no tenga un plan de contingencia enfrentará una nueva pandemia: el colapso del servicio judicial.
@LERiosVega