La oportunidad se aprecia en ‘partes’

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La oportunidad se aprecia en ‘partes’

Foto: Vanguardia
Innovar, emprender, vincularse al mercado, aprovechar el expertiz adquirido, ubicar nichos de oportunidad, todo vale en los negocios, y sobre todo en el meganegocio que implica la prestación de servicios, venta de refacciones y apoyo a usuarios de automóviles, un mercado que en México atiende a 30 millones de unidades en circulación, representa un valor de 20 mil millones de dólares y tiene un potencial de crecimiento de hasta 2 mil mdd por año
”Todo está en ubicar los nichos para aplicar los talentos y las capacidades que se han adquirido y, por los años de expertiz acumulados, podría haber muchos emprendimientos en Coahuila.”
Evaristo García, consultor especialista en datos automotrices para la región de América del Norte.

Para un país como México, con 120 millones de habitantes, decir que actualmente cuanta con un parque vehicular de 30 millones de unidades no es decir poca cosa, y menos si se considera lo que eso representa como potencial de mercado en prestación de servicios, reparaciones y venta de autopartes o refacciones, según comenta Evaristo García, consultor especialista en datos automotrices para la región de América del Norte.

En entrevista para VANGUARDIA, agregó que “si tomamos en cuenta que ese parque vehicular ronda en promedio los 12 años, eso quiere decir que al menos uno de cada cuatro personas tiene un automóvil y que en algún momento necesitará servicios técnicos o profesionales, o reemplazar piezas”.

En términos generales —indicó— a un auto hay que cambiarle el aceite y su filtro, el filtro de la gasolina, revisar los amortiguadores, las llantas o las bandas, etc., eso al menos una vez al año, y la derrama económica que representa es muy grande.

Tan sólo para el caso de México, indicó, el valor del mercado de refacciones oscila en torno a 20 mil millones de dólares y su potencial de crecimiento apunta hacia los mil o dos mil millones de dólares más por año.

García comenta que, por ejemplo, para cuando 2016 concluya, en México ya habrá 31.5 millones de vehículos circulando.

En el país, la venta anual de 1.5 millones de autos nuevos, sumada a los usados que entran principalmente de Estados Unidos, más los 30 millones ya existentes, todos con una vida útil promedio de 16 años, indudablemente que multiplican el potencial de capitalización de infinidad de negocios diversos, enfatizó.

El especialista dijo que eso hace un gigantesco potencial de oportunidades de proveeduría directa o hasta artesanal para los talleres que buscan innovar, sea con tecnología tradicional o hasta en el actual extremo de la impresión 3D. Hay oportunidades para “los desarrolladores de lo que se te ocurra” para atender el gusto específico del cliente.

Es claro que, entre más alejado de lo nuevo sea el año modelo de los vehículos en circulación, muachas más posibilidades de venta en reparación y mantenimiento se abren. En México, en general, los más viejos que aún reciben buena atención rondan los 15 ó 16 años; cuando ya apuntan o rebasan los 20 años, ya como que la gente los empieza a dejar caer, precisó.


¿Depreciación del peso, pega o empodera?

Hablando del efecto de la paridad cambiaria en el mercado de autopartes, el especialista Evaristo García indica que debe tenerse claro que México es un país con una gran producción de autopartes local; de modo que una parte del costo de las refacciones está en pesos, dado que no es necesario importarlas, y por otro lado, dado que el costo de las materias primas como el fierro, cobre o zinc actualmente se encuentran deprimidos, eso haría que las autopartes no importadas hechas con esos materiales se mantengan a precios razonables, al menos a corto plazo. Sería en las autopartes importadas donde estaría el problema, pues igual que los autos nuevos importados, sean de Europa o EU, se cotizan en dólares.

Dijo que la fortaleza del dólar podría afectar más a la venta de autos nuevos, sobre todo importados, y eso abre oportunidad a la venta de refacciones, dado que comprar un auto nuevo es una inversión directa y elevada, mientras una refacción para el vehículo que ya se tiene luce como una mejor decisión en tanto la inestabilidad cambiaria frena.

García opina que, “al ya tener un auto que satisface tus necesidades de transporte, la alta dificultad de reemplazarlo por uno nuevo te obligaría a que, en caso de que se te agote la batería o se te ponche una llanta, busques cambiarla de inmediato, sin pensarlo, y lo que sí pensarías dos veces y probablemente postergarías sería la compra de un auto nuevo”.

En concreto, la depreciación del peso hace de escenario para ver un repunte en la venta de refacciones y un poco de freno en la venta de venículos nuevos.

Yonques

Con relación a la clausura de los yonkes en Saltillo y otras partes de Coahuila, el experto señaló que algo que no parece verse es la necesidad real de que este tipo de establecimientos existan.
En Coahuila, como en el resto del país, seguramente aún circulan vehículos de los 50’s, 60’s y así hasta décadas recientes, los cuales tarde o temprano “morirán”, y deberá haber un lugar a dónde depositarlos bajo los parámetros ecológicos y ambientales que se estipulen, y por supuesto que no puede negarse a esos cementerios la última oportunidad de negocio que representan, como un deshuesadero al cual debe darse cauce.


Potencial para los coahuilenses

Por la experiencia automotriz que se ha cocinado en Coahuila, éste se alza como un estado de enormes oportunidades de para el emprendimiento en refacciones y partes automotrices.

De acuerdo con Evaristo García, especialista en el tema, la cercanía con la frontera estadounidense debe verse como un disparador de posibilidades.

“Tan sólo darse cuenta que, al mercado que representan los 30 millones de autos que ya circulan en México se le podrían sumar los 250 millones que circulan en Estados Unidos, eso debería ser un motivador suficiente de un emprendedurismo de  trabajadores, técnicos o ingenieros que autocapitalicen su expertiz ubicando nichos de oportunidad”, propuso.

Ya de por sí, por ejemplo, en refacciones básicas conocidas o tradicionales, producirlas bajo estándares internacionales reduciendo costos abre la oportunidad de competir; pero, si además se innova, es como entrar a un juego con ventaja, consideró. “Todo está en ubicar los nichos para aplicar los talentos y las capacidades que se han adquirido y, por los años de expertiz acumulados, de eso debe haber mucho en Coahuila”.

Una opción de inicio es vincular lo que se produce a los crecientes canales de distribución, dijo García. 

Consideró que acercarse a las refaccionarias nacionales como Grupo Rolcar o Refaccionarias California, que están ganando espacio en el país puede ser una buena estrategia, “pues como mexicanos que son, pueden tener un mejor entendimiento del consumidor nacional que las cadenas foráneas. En negocios, como en todo, nadie puede afirmar que ya todo está dicho”.